La UMSA y el magnicidio de 1946

Miguel Angel Pinto Parabá

Tras la caída del presidente Gualberto Villarroel el 21 de julio de 1946, ocurrió un hecho poco conocido: el rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Héctor Ormachea Zalles, fue invitado a asumir la presidencia del país. La participación de sectores universitarios en ese momento histórico fue decisivo, en medio de un escenario marcado por la violencia, la presión política y el asesinato del mandatario a manos de una alianza de fuerzas opositoras.

Los términos “colgamiento”, “linchamiento”, “inmolación” para calificar lo que sucedió con el presidente Gualberto Villarroel, el 21 de julio de 1946, son muy ambiguos. En realidad, fue un asesinato. Un magnicidio, de manera más rigurosa, propiciado por la rosca minero-feudal. En ese proceso histórico participaron también algunas fracciones de la clase media y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), bajo la batuta del rector Héctor Ormachea Zalles.

En el artículo El almuerzo al periodista Julio César Canelas fue un homenaje al valor y a la libertad del país, publicado en El Diario, el 4 de agosto de 1946, la maestra María Teresa Solari Ormachea —dirigente de la Unión Cívica Femenina, prima hermana del rector y activista antivillarroelista— relató que, en junio de 1945, Ormachea fue nombrado nuevamente rector de la UMSA y que ese suceso fue el primer paso para la victoria de la “Revolución de 1946”.

Junio

El matutino La Razón, en El movimiento del 13 de junio dio origen a la revolución libertadora, publicado el 22 de julio de 1946, contó que “el levantamiento de junio de 1946, que tuvo conexiones con universitarios y obreros, precipitó los acontecimientos que culminaron con las acciones gloriosas en que el pueblo, con sus propias manos, sin armas, con el pecho vibrante de indignación, recuperó su libertad”.

“El pueblo de La Paz había destruido un nido de resistencia del nazismo al dar fin con el gobierno de Villarroel. Precisamente la prensa adicta al nazismo, que aún la hay en algunos países vecinos, trata de sostener ahora que gente del hampa fue armada por los Estados Unidos para acabar con este régimen (…)”, comentó, a su turno, Última Hora, el 27 de julio, en Niños, universitarios, obreros, fabriles, mujeres y artesanos hicieron la Revolución.

En La revolución frustrada del 13 de junio fue planeada por un grupo de jóvenes valientes, El Diario, el 3 de agosto de 1946, informó que el subteniente Antonio Soliz Gamarra —uno de los autores del “fracasado” levantamiento del 13 de junio— reveló que “entre los conjurados no faltó un delator. La revolución la denunciaron y fueron encarcelados los dirigentes (periodistas, catedráticos, universitarios, obreros y oficiales). Pero, este proceso iba a tener éxito el 21 de julio de 1946”.

Julio

Última Hora, el 1 de agosto, en Cómo se gestó la revolución en el seno del Universitariado de La Paz (sic), hizo su cronología de los hechos. Contó que la rebelión fue retomada el 10 de julio, cuando los maestros acordaron con la Federación Universitaria Local (FUL) de la UMSA su “efectiva cooperación” en su paro de labores. Al culminar la sesión, los asistentes se dirigieron a la plaza Murillo, donde fueron reprimidos. Ahí cayó herido el estudiante Bengel Gamberos, quien luego murió. Al día siguiente, la juventud “enardecida” se declaró “en sesión permanente” y enterró a Gamberos.

«No soy enemigo de los ricos, pero soy más amigo de los pobres»

Gualberto Villarroel

El 17, la universidad fue apedreada por “áulicos del Gobierno”. El 18, “200 universitarios marcharon entonando el Himno Nacional”. Ese acto generó una “represión”, donde murieron tres estudiantes. Luego, los manifestantes desarmaron a dos soldados, “conquistando una ametralladora liviana y un fusil del Ejército”.

Dos días después, la FUL logró el respaldo de otros sectores de la población. El sábado 20, se posesionó al nuevo Gabinete Militar, que “el tirano Villarroel había organizado ‘a su entera satisfacción’”. El 21 de julio, los universitarios “asaltaron” la Alcaldía y, luego, el Palacio de Gobierno, añadió Última Hora.

Ormachea

Los generales René Gonzales y Luis Iriarte, en Villarroel, mártir de sus ideales y el atisbo de la Revolución Nacional, revelaron que Villarroel, el 18 de julio, “preocupado por encontrar solución a los hechos de violencia”, recibió en su despacho al rector Ormachea. Él se comprometió a “poner fin al desorden, (…) previa exigencia de una crisis ministerial, imponiendo la salida de los ministros del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) Víctor Paz Estenssoro, Germán Monroy Block y Julio Zuazo Cuenca”.

El 19, el presidente Villarroel, “en la confianza del convenio que tuvo con Ormachea, jefe de la subversión; y concedida que fue la renuncia de los ministros del MNR, se acogió a reorganizar su gabinete netamente militar, parece que de una parte el Presidente fue engañado; de otra, la medida no se ajustaba a los términos de prioridad, puesto que la contrarrevolución no solo buscaba un simple cambio de hombre, sino la caída del régimen revolucionario”, agregaron.

Así, entre el 19 y 20 se logró “el retiro del MNR, impusieron un gabinete que convino en retirar a los soldados y carabineros de las calles y exigieron la renuncia de Villarroel, con lo que el Ejército acabó por dividirse”, concluyó José Fellman Velarde en Historia de la cultura boliviana: fundamentos socio-políticos.

UMSA

Tras la “victoria de las armas, empujadas por maestros, universitarios y el pueblo (…), fue solicitada clamorosamente la presencia del rector de la UMSA en el Palacio de Gobierno para asumir, provisionalmente, la suprema jefatura de la nación, conjuntamente con ciudadanos destacados y representativos de los distintos sectores del pueblo; pero él (…) se negó a aceptar el elevado sitial que se le ofrecía”, informó La Razón el 25 de julio de 1946.

En esa misma oportunidad, Ormachea Zalles “expresó que el movimiento había sido gestado en la UMSA en defensa de las leyes y para imponer el respeto a las instituciones patrias (…)”.

En su texto Culpables, el periodista Carlos Montenegro describió al rector Ormachea como “millonario”, “militante” del Partido Liberal, “adicto de las finanzas de (Simón) Patiño, el monopolio de los ferrocarriles y los bancos particulares” y responsable del asesinato del Presidente.

Policía

El entonces universitario Guillermo Lora —en Manifiesto de la Liga Universitaria Socialista, incluido en sus Obras completas (1942- 1947)— puntualizó que “Ormachea hizo de la universidad autónoma un feudo rosquero”, camarilla que es algo así como un “apéndice de la masonería”.

Después del magnicidio de 1946, según el “Comunicado N° 4 de la policía universitaria” firmado por Luis Ramos y Arturo Vilela, publicado en La Razón del 22 de julio, los estudiantes sublevados se ocuparon de la seguridad de la “Revolución del Pueblo”.

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