Pre-Supuesto Público: más que números, una responsabilidad
En las finanzas públicas, el presupuesto es una herramienta para planificar las acciones de las Entidades Públicas como las Gobernaciones, Municipios y Universidades Públicas, quienes la semana pasada manifestaron su “inconformidad” por una aparente “disminución” de sus presupuestos.
En esencia, el presupuesto público es una herramienta de gestión financiera que muestra las estimaciones de ingresos y gastos durante una gestión, que consiste en una proyección basada en supuestos que, pueden cambiar de un momento a otro.
En Bolivia, anualmente se comunican a las Entidades Territoriales Autónomas los «techos presupuestarios», que son umbrales referenciales para realizar el presupuesto de la siguiente gestión. Estos techos se establecen para los subsidios y subvenciones, coparticipación tributaria, regalías y los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, este último varía en función a las previsiones de exportación y a las fluctuaciones de los precios internacionales del petróleo.
El “reclamo” de las Gobernaciones esta ligado a la “disminución” de la previsión de un menor volumen de exportación de gas (basado en la tendencia decreciente de la demanda de Argentina y Brasil en los últimos años) y la tendencia declive de los precios internacionales del petróleo (asociado a factores externos que afectan la demanda mundial como la guerra entre Rusia y Ucrania, eventos geopolíticos, tensiones comerciales, entre otros), esta situación despertó la sensación de que sus presupuestos se estaban disminuyendo arbitrariamente.
Lo que no se logra comprender, es que las previsiones cambian, las circunstancias evolucionan y en realidad, ante estas situaciones es responsable que los presupuestos se ajusten. Por el contrario, si suben los volúmenes de exportación al igual que los precios internacionales del petróleo ó se da una mayor actividad económica interna, etc. los ingresos de estas entidades serán mayores a los previstos e incrementarán.
¿Cuál realmente es la preocupación de estas entidades públicas? Las Normas Básicas del Sistema de Presupuesto, establecen que el Sistema de Presupuesto, se sustenta por la sostenibilidad por lo que los presupuestos deben sujetarse a las posibilidades reales, y la flexibilidad por lo que está sujeto a modificaciones, por ello se toman las debidas previsiones, situación que siempre fue así.
Ante esto, revisando las publicaciones de los Estados Financieros y las Ejecuciones Presupuestarias de estas entidades, se puede notar que hay casos en los que desde hace años presupuestan elevadas cantidades en los rubros de ingresos propios que nunca se cumplen (ingresos que dependen netamente del desempeño financiero de las entidades). ¿Por qué se presupuestan ingresos que se sabe que no se cumplen? Lo mismo ocurre con los saldos en Cuentas Corrientes Fiscales que estiman utilizar; los cuales también suelen ser mayores a los saldos con los que disponen. Nuevamente, ¿por qué lo hacen? En los hechos, estos compromisos financieros (gastos) están formulados sin un respaldo financiero sólido. ¿Por qué lo harían? En resumen, le pasan la factura al Estado.
Los presupuestos son flexibles, sujetos a sus posibilidades reales, tanto por aquellos recursos propios como por las transferencias del estado, los cuales, además, están en función a variables externas que las entidades no las controlan, sobre todo en una coyuntura internacional adversa.