Perú: Otra masacre
Cuando Dina Boluarte cumplía 33 días en la Presidencia del Perú la cifra de asesinados por sus armas llegaba oficialmente a al menos 40 civiles, varios de ellos menores de edad. El 9 de enero en Juliaca las fuerzas armadas y policiales dispararon a indefensos, matando al menos 12 personas e hiriendo a decenas más.
Dina se viene convirtiendo en la segunda mujer dictadora de la historia sudamericana. La anterior, Jeanine Añez mató a menos gente en los 361 días que duró su mandato.
Nunca antes una presidenta del mundo ha abaleado a tantos compatriotas suyos (y en tan poco tiempo). Jamás antes un gobierno civil en Perú ha tenido más asesinatos por la represión que días en el poder.
Esta sangre, en vez de contener al pueblo, le viene enfureciendo. Manifestantes han bloqueado las carreteras que unen al Perú con Chile y Bolivia, mientras que en Tumbes, en la frontera con Ecuador, el paro es fuerte. Mientras la prensa tradicional no informa casi nada, los medios alternativos muestran video de grandes marchas en varios departamentos (como Puno y Apurímac, en donde nació Boluarte).
Los aymaras del extremo sur están tratando de ocupar la capital de su departamento (Puno) para luego marchar a Lima. Otras naciones originarias al extremo norte (como los aguajunes y wampis) o al centro este (como los ashaninkas) vienen impulsando marchas, bloqueos y el paro nacional. Los quechuas chancas, de donde proviene Boluarte, le han declarado la guerra y han sido el primer baluarte en las grandes marchas demandando su caída.
Gustavo Petro llegó a ser electo como el primer presidente izquierdista de Colombia como un subproducto del paro nacional de 14 meses (abril 2021-julio 2022) en el cual fueron asesinadas 80 personas. En Perú, quien tiene un 50% menos de habitantes que Colombia) ya se ha llegado a la mitad de esa cifra, y, todo ello, cuando el «paro nacional» cumplía su quinto día. Tal como van las cosas, este Gobierno puede que supere al de la ultraderecha oligárquica de Iván Duque.
Boluarte se ha solidarizado con el nuevo presidente Lula del Brasil frente al intento de los bolsonoristas de asaltar los 3 poderes del Estado. Sin embargo, ella es el títere de todos los fascistoides que han terminado derrocando ilegal e inconstitucionalmente al único presidente peruano electo con más de 8,8 millones de votos.
Boluarte ha enajenado a sus propios paisanos de Abancay, a las naciones indígenas y a casi todos los que votaron por ella pensando que iba a cumplir las «palabras de maestro» como vicepresidenta de Castillo. Como es muy impopular y carece de partido y bancada, ha decidido «vender su alma al diablo» y convertirse en un pelele del fujimorismo.
Justo cuando Boluarte masacraba en Juliaca, se realizaba en Lima el «Acuerdo Nacional» en el cual los 3 poderes del estado, la fiscalía, la iglesia y otras instituciones buscan darle un espaldarazo. Esta carnicería también se dio en la víspera de que el Congreso vote por la ratificación del gabinete del Premier Otórola.
La derecha con su prensa y congresistas, que antes cuestionaba a Castillo o a sus ministros por cualquier cosa, ahora se hacen los de la vista gorda ante tantas matanzas.