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Pillaje municipal y fraude político

Arturo D. Villanueva Imaña

El excapitán Manfred Reyes Villa ha decidido hacer gala y poner en evidencia las peores malas artes características de aquel tipo de militares abusivos y prepotentes, así como el rostro despreciable de politiqueros tradicionales y mañudos que, aprovechando del erario público, pretenden culminar sus aspiraciones a través de una candidatura presidencial que lo lleve nada menos que a gobernar el país.

Resulta que paralela y muy sospechosamente a la puesta en marcha de su campaña nacional para recabar firmas de la ciudadanía que le permitan fundar su propio partido político; sucede que también ha aprobado furtivamente una Resolución Municipal que le permite recaudar fondos a través de multas y exacciones abusivas y exorbitantes atribuidas a supuestos estacionamientos indebidos que se impone a conductores desprevenidos.

Esta sospechosa y de ninguna manera casual, pero sí inusual descarada “coincidencia” entre la emisión de la Resolución Municipal y la campaña de recolección de firmas, no es posible concebirla como un hecho fortuito. Debe destacarse que por ese artilugio, su alcaldía obtiene recursos extraordinarios, no presupuestados, pero abusiva e inescrupulosamente recaudados que seguramente serán utilizados en forma arbitrariamente discrecional. Lo llamativo de la imposición, es que ella misma encaja en tiempo y necesidad, con el establecimiento y puesta en marcha de innumerables puestos de campaña en las calles y lugares públicos de alta concentración de gente; cuyo funcionamiento requiere necesariamente de recursos monetarios, habida cuenta que donde se instalan hay mucha propaganda con abundante material y papelería, carpas especialmente confeccionadas para el efecto, personal encargado, equipos de sonido, e inclusive “regalos” e “incentivos” que se distribuyen “gratuitamente” como anzuelos para captar ciudadanos que con su firma no solo expresan una eventual y circunstancial simpatía por el rimbombante despliegue del Bombón, sino que insensible pero legalmente, los convierte en militantes políticos de esa agrupación.

Tal es así, que para efectivizar abusivamente la recaudación extraordinaria premeditada, la Resolución Municipal de marras ha convertido a intransitadas y secundarias calles donde regular y cotidianamente no existe mayor circulación ni necesidad de parar; en trampas donde invariablemente se estacionarán coches especialmente en aquellos días feriados y fines de semana, cuando en sus alrededores se instalan actividades pasajeras como mercados o ferias que atraen circulación motorizada, y terminan atrapadas con la exacción obligada que se impone, pero que además y como si no fuese suficiente, tiene la irritante como desconsiderada obligación de tener que trasladarse y dirigirse hasta las oficinas municipales para pagar la multa inventada, cuyo monto supera los 200 bolivianos.

Desde el ángulo político, el entramado de este pillaje municipal, tampoco es desdeñable, porque todos saben que gran parte de la “popularidad” del Bombón no proviene del trabajo, el esfuerzo, o de una buena gestión que también se propagandiza profusamente; sino más bien por el hecho de que el alcalde se ha constituido en un claro detractor de Evo Morales y su ala masista. Con esa máscara (al margen de coincidir con el generalizado repudio que lo identifica y lo hace cercano a una buena parte de la población que no quiere saber nada del masismo), en la práctica y principalmente, ello le ha granjeado la “simpatía” (o al menos la no obstrucción a sus actos) por parte del actual gobierno nacional, que es tanto o más masista que el ala de Evo Morales. De esa manera logra conseguir inapreciables concesiones y permisividades que el gobierno de Arce Catacora no brinda a ningún otro municipio que no esté alineado con su régimen. El gran engaño es totalmente evidente.

La pregunta que queda de este engañoso espejismo que el Bombón ha creado astutamente para viabilizar su gestión municipal y potabilizar su candidatura, es qué hará toda aquella gente actualmente encandilada por una mañosa campaña mediática, cuando termine “descubriendo” que “su” alcalde concrete alianza nada menos que con ese mismo masismo que supuestamente desdeña, critica y descalifica en lo que corresponde al evismo, pero que en caso de Eva Copa se convertiría en su acompañante de fórmula, tal como él mismo y los portavoces del alcalde cochabambino ya se han encargado de insinuar, a propósito de los desplantes que hicieron a los cruceños…

Por ello y muy en contrario de lo que alguna gente desprevenida quiere creer e imagina falsamente, Manfred Reyes Villa no es lo que pretende aparecer. El fraude político consiste en mostrarse como airado opositor, siendo que en realidad siempre ha actuado en contubernio con el masismo y, a futuro, eventualmente será candidato presidencial con ese mismo partido. Trátese de ingenuidad o ignorancia esgrimidas como amargo descargo, es claro que no habrá consuelo… para los tontos útiles.

(*) Sociólogo, boliviano. Cochabamba, octubre 15 de 2024.

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