Arce y Zúñiga planeaban dictar estado de sitio
Un Coronel del Ejército en servicio pasivo —fue oficial de Inteligencia durante el gobierno de Evo Morales— ha revelado a Sol de Pando que el plan de salida militar a la crisis, acordado en mayo entre el presidente Luis Arce Catacora y el general Juan José Zúñiga, era la dictación de un Estado de Excepción (Estado de Sitio) con intervención de las FF.AA. en fecha aún indefinida, y no un improvisado “auto-golpe”.
En la actual Constitución, el Estado de Excepción es equivalente al Estado de Sitio que regía en anteriores cartas magnas.
“El Gobierno se estaba preparando para un momento de convulsión social causada por la disputa electoral con Evo Morales, estaban esperando que Evo ordene el bloqueo de caminos, y eso sumado al paro del transporte iba a ser respondido con un Estado de Excepción apoyado por las Fuerzas Armadas”, asegura nuestra fuente militar.
“Nosotros, en la comunidad de Inteligencia, conocimos todos los detalles de aquel plan” —dijo a Sol de Pando el ex oficial—; “hay documentos internos que el Ministerio de la Presidencia, en coordinación con el Ministerio de Defensa, ha hecho circular entre los altos mandos llamando a las Fuerzas Armadas asumir defensa de la Constitución y del Gobierno constitucional ante la amenaza de un acortamiento del mandato de Lucho Arce. En ningún momento se habló de un golpe y menos de un auto-golpe de Estado”.
Aquel plan original fue desbaratado debido a la destitución abrupta de Zúñiga, causada por una entrevista televisiva emitida la noche del lunes 24 de junio, donde el entonces Comandante del Ejército amenazó con encarcelar a Evo Morales si persistía en su postulación para las elecciones de 2025. Tales declaraciones provocaron una reacción inmediata del Grupo de Puebla que exigió a Arce el relevo de Zúñiga, destitución que a la vez fue respondida por el militar con aquel indefinible asalto armado a la Plaza Murillo del 26 de junio.
“Lo que hizo Zúñiga ese miércoles era algo más parecido a un motín que a un golpe de Estado. Al parecer lo que pretendía era obligar a Arce que le devuelva el mando de tropa, invocando una lealtad de viejos amigos, es decir chantajeándolo, y lo que realmente quería era no perder sus privilegios y la fama de estrellita de televisión que le hicieron creer intocable; pero salió el tiro por la culata. Un verdadero soldado profesional jamás haría lo que ha hecho Zúñiga”, comenta el entrevistado.