Rafael Arévalo y el gobierno «de la nueva primavera»
Han pasado 75 años y por primera vez la derecha de Guatemala no gobernará el país centro americano, después del triunfo de los sectores políticos progresistas encabezados por la figura de Bernardo Arévalo y Semilla, con un programa anticorrupción, de mayor equidad en lo económico, una mayor generación de empleo mediante la inversión en obra pública incorporando además nuevos derechos y de mayor seguridad ciudadana.
El programa de gobierno de Arévalo también incorpora, según ha dicho, las “diez semillas para recuperar el futuro” que están conformadas por reformas para mejorar la educación, salud y cultura, además, propone el aumento de la producción agrícola.
Diversos analistas regionales coinciden en que el principal desafío al que se enfrentará el próximo gobierno de Arévalo, será mejorar las condiciones de vida y oportunidades de una población, que vive sumergida en la pobreza, la emigración, corrupción y violencia.
Otro desafío importante para Arévalo será gobernar sin una mayoría en el Congreso, en el que Semilla cuenta con 23 diputados de un total de 160 electos, por lo que será vital que se logren alianzas y consensos en el parlamento para poder cumplir con el programa de gobierno.
Después de diversos intentos y maniobras diversas de parte de la Fiscalía para impedir la asunción al gobierno del presidente electo, Bernardo Arévalo, finalmente podrá tomar el mando de la nación el próximo 14 de enero, después de unos resultados contundente que han ratificado su triunfo electoral.
Arévalo deberá enfrentar a la oligarquía nacional, los poderes fácticos, el opio de las iglesias evangélicas, el sector militar, los políticos corruptos del parlamento. Los cuales desplegaran grandes esfuerzos para que el gobierno del cambio (Semilla) se constituya en un fracaso.
En un encuentro con el mandatario de Republica Dominicana, Luis Abinader, Arévalo enfatizó no tener «ninguna duda» de que se efectivizará el cambio de Gobierno. Y dijo que una de las primeras medidas que tomará será exigir la renuncia de la fiscal general, Consuelo Porras Argueta, ante su conducta antidemocrática.
Luego el presidente electo expresó…»el 14 de enero próximo estaremos asumiendo el gobierno, en primer lugar, porque esa es la conclusión lógica de un proceso electoral perfectamente conducido, limpio y certificado nacional e internacionalmente, que dio resultados claros y concluyentes, a pesar de los embates de un Poder Judicial penetrado por redes político-criminales», afirmó el mandatario electo.
Ante el triunfo el mandatario electo expreso…” esta victoria es del pueblo y ahora, unidos como pueblo de Guatemala, lucharemos contra la corrupción», dijo Arévalo en su primera comparecencia tras conocerse su victoria y en la que se refirió a su futuro mandato como «el gobierno de la nueva primavera».
Cabe destacar, que la Fiscalía General del país centroamericano, encabezada por Consuelo Porras, cuestionó la victoria de Arévalo y la legitimidad de su partido, el Movimiento Semilla, de tendencia de centro izquierda, desde que ganó la primera vuelta y empezó a empinarse como vencedor inesperado del resultado electoral celebrado en agosto, frente a la exprimera dama Sandra Torres.
Finalmente, la Corte de Constitucionalidad (CC) de Guatemala ordenó hace algunos días atrás, «garantizar la efectiva toma de posesión» el próximo 14 de enero de 2024, de los cargos de presidente y vicepresidente de la República, diputados al Congreso y demás funcionarios que resultaron electos en los comicios de 2023.
Cabe agregar, además que la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó el intento de declarar la nulidad de las elecciones y que son una «alteración clara del proceso y un desconocimiento a la expresión del voto y la voluntad popular».
El proceso electoral estuvo marcado por los intentos de la Fiscalía, cuya cúpula ha sido sancionada por corrupción por EE.UU., para inhabilitar al Movimiento Semilla desde que el académico Arévalo de León pasó a segunda vuelta el 20 de agosto.
En Guatemala la ciudadanía se expresó de manera contundente cuando el 60,9% de los votantes apoyó la candidatura presidencial de Bernardo Arévalo. Sin embargo, el asedio judicial a su partido político pretendía anular los comicios, pese a que los resultados del balotaje fueron validados por el tribunal electoral.
Los observadores nacionales y extranjeros desplegados en el país centroamericano afirmaron que la segunda vuelta del 20 de agosto fue «ejemplar» y reconocieron «el esfuerzo y el compromiso democrático» de las instituciones electorales en medio de un «ambiente de alta tensión política», creada por la fiscalía de Guatemala.
Ahora no cabe duda, que el poder del dinero, el golpismo, el narcotráfico, la corruptela política y judicial, desplegaran todos sus esfuerzos para desestabilizar el gobierno de Bernardo Arévalo. De allí, que uno de los primeros desafíos que deberá enfrentar es lograr que «las instituciones públicas respondan a las necesidades de la población y recuperar la capacidad ejecutiva», ha afirmado el presidente electo.
Por su parte, la Corte de Constitucionalidad ordenó «garantizar la efectiva toma de posesión», en un fallo con el que buscó «salvaguardar el orden y el Estado constitucionales de derecho». La decisión fue en respuesta a una denuncia sobre la «amenaza de afectación de la toma de posesión» de los funcionarios electos. Por lo tanto, ante la situación, Arévalo expresó que uno de los primeros desafíos que deberá enfrentar es lograr que «las instituciones públicas respondan a las necesidades de la población y recuperar así la capacidad ejecutiva».
Las llamadas autoridades ancestrales manifestaron el miércoles 3 de enero la intención de salir de nuevo a las calles si la toma de posesión de Bernardo Arévalo no se concreta el 14 de enero próximo, y dijeron que estarán atentos a que todas las promesas del nuevo mandatario se cumplan como lo ha ofrecido desde que pasó a segunda vuelta electoral.
“Si ustedes (derecha) atentan en contra del nuevo gobierno, nosotros vamos a traer todos los pueblos para copar la capital”, dijo Juan Carlo Toc, presidente de las Comunidades Indígenas Aliadas de Chichicastenango. Así también lo han manifestado el pueblo Exil y los 48 Cantones de Totonicapán.
La expectativa del pueblo de Guatemala sobre el Gobierno entrante recae principalmente en la capacidad que Arévalo de León y Semilla, los que deberán, demostrar que son capaces de cumplir sus promesas y de atacar frontalmente el flagelo de la corrupción y detener el deterioro democrático que el país ha sufrido en los últimos gobiernos de derecha del país centroamericano.