Argentina: La derrota de Milei

Javier Milei fue la gran sorpresa de la ultraderecha iberoamericana al quedar primero (con el 29.86% de los votos) en las elecciones internas obligatorias de Argentina del 13 de agosto. Se apropió de la vieja consigna de la izquierda de hace 2 décadas («que se vayan todos») queriendo aparecer como el enemigo de toda la casta de políticos.

Empero, en la primera vuelta de las presidenciales (22 de octubre), Milei mantuvo casi el mismo porcentaje (el 29.8%). En cambio, Sergio Massa, ministro de economía, pasó del tercer lugar con el 21.43 %, al primer puesto con el 36.68%, casi duplicando su anterior votación.

Pese a la crisis económica y la inflación (de la cual Massa es corresponsable), él capitalizó a un amplio sector que considera que Milei es el «mal mayor». Esto, debido a sus planteos para erradicar la moneda nacional y dolarizar la economía; privatizar las FFAA, la educación, la salud y todos los servicios públicos; eliminar el Banco Central, subsidios, la obra publica y todos los ministerios (excepto 6); negar los 30,000 asesinados durante la dictadura militar de 1976-82; romper relaciones con Brasil y China (principales socios comerciales de Argentina) para salirse del Mercosur y del BRICS y alinearse con EEUU e Israel; y apoyar el libre mercado de armas, drogas, órganos humanos y bebés (pero, al mismo tiempo, oponerse al aborto).

Además de ser un fan de Donald Trump y Jair Bolsonaro, Milei ha sido acusado de ser un machista, homofóbico y misógino, enemigo de los derechos humanos, medioambientales y de las minorías, y de ser tan excéntrico que afirma conversar directamente con Dios y con uno de sus perros muertos, que selecciona a sus candidatos con las cartas Tarot y hasta que duerme con su hermana.

Dado ese nivel de extremismo no le va a ser dificil al peronismo retener la Casa Rosada buscando aparecer como una alternativa sensata. Massa promete un «Gobierno de Unidad Nacional» con la derecha, el cual va a implementar ajustes. Mientras en Ecuador la centroderecha ha ganado 2 veces seguidas apelando al anti-correísmo, en Argentina más rechazo produce Milei que el nacionalismo.
De todos los 3 candidatos no seleccionados en la primera vuelta (la derechista Patricia Bullrich, 23.83%; el centroizquierdista Juan Schiretti, 6.78%; y la trotskista Myriam Bergman, 2.7%), Milei solo podría capitalizar votantes de la primera. Para ganar debiera captar a casi todos los electores de Bullrich, pero muchos de sus allegados y votantes no van a querer apuntalar a un extremista, por lo que Massa va a querer capitalizar a buena parte de ese electorado.

La derrota de Milei lo es también de la ultraderecha de Lima. Patty Chirinos fue a Buenos Aires a apoyarle, mientras que Nano Guerra, antes de fallecer, sostuvo que se necesitaba un Milei peruano. Paradógicamente, el primer vicepresidente del Congreso falleció porque no tuve atención médica en una posta sanitaria local debido a los recortes del gasto público (que Milei quisiera que fueran no solo parciales, sino totales).