Mundial de mujeres
Concluyó la IX Copa FIFA de futbol femenino, algo que nos llama a reflexionar sobre cuestiones sociales.
En la final, que se disputó el domingo 20 en Sídney, las españolas derrotaron 1 a 0 a las inglesas. Esta era la primera vez que ambas selecciones llegaban al match definitorio, aunque Inglaterra quedo tercera en el mundial antepasado (Canadá 2015) y cuarta en el anterior (Francia 2019).
La reina española Letizia y su hija, la infanta Sofía, viajaron expresamente al estadio para alentar a su selección, cosa que no hizo ninguna figura de la realeza británica, pese a la importancia de la ocasión, a que su país es la patria del futbol y a que Carlos III es también el rey de las naciones anfitrionas del mundial (Australia y Nueva Zelandia). Como ahora los geólogos neozelandeses afirman que son un octavo continente (donde más del 90% está poco sumergido bajo el Pacífico), se trataría tambien del primer mundial jugado en 2 continentes.
Esto ha generado críticas tanto a la monarquía como al primer ministro británico Rishi Sunak pues no fueron a apoyar a sus jugadoras, aunque si se hubiera tratado de un mundial masculino si hubiesen estado en primera fila.
El match demostró una alta calidad, pocos faules y una arquera muy buena, como la inglesa Mary Earps, quien tapo un penal y varios tiros picantes. A pesar de que su equipo no ganó el torneo y sus jefes de Estado y de Gobierno no vinieron a la hinchada, el solo hecho de que millones de telespectadoras hubiesen seguido la final en un horario tan difícil, es algo que va a ir ayudando a que el sexo oprimido avanza en sus niveles de igualdad.
Sin embargo, aún hay una colosal diferencia en el trato y aceptación que reciben los y las futbolistas. El ingreso personal de Messi, de Rolando o de otros cracks masculinos es superior al ingreso combinado de todas las jugadoras que estuvieron en la final. Las futbolistas estadounidenses (que son las únicas en haber ganado 4 copas de la FIFA) han hecho campañas denunciando el abismo salarial que hay, entre ellas con la de los futbolistas de su propio país que nunca han llegado siquiera a una fina de un mundial.
Mientras en el futbol masculino, Latinoamerica ha proporcionado poco menos d ela mitad de sus sedes y campeones, en el femenino nunca ha pasado ello. Naciones con poco peso en el balompie d ehombres se han destacdo en el d emujeres (como China, Canada, Australia y EEUU, que es la superpotecia de dicho deporte).