300 palabras un mundo
Los amos del mundo y la desdolarización
Desde que el mundo es mundo pocos han gobernado y pocos definieron cómo debemos pensar, comportarnos y ser funcionales a sus intereses. Así el 18 de mayo pasado se reunió en Lisboa el club Bilderberg creado después de la segunda guerra mundial inspirado por David Rockefeller para acordar tendencias que guíen el desarrollo global.
A este es club selecto, no asisten los más ricos, sino las élites del poder. Desde la segunda guerra mundial se sabe que manipulando a la sociedad -rebaño- se puede hacer lo que se quiere. Por eso el espíritu del club Bilderberg es mediático y la invitación personal para políticos, pensadores y medios de comunicación. La función de estos influyentes es reproducir los miedos sociales y abonar terreno para nuevas inversiones.
Los miedos sociales cumplen una malévola función: usarlos como motores de desarrollo -destrucción del planeta, el totalitarismo, la libertad económica-. Antes era el fantasma del comunismo preponderante y en 2023 la inteligencia artificial, guerra de Ucrania, la desdolarización. Sobre la primera se sabe que es una mina de oro y el miedo al declive humano impulsarán regulaciones para que funcione como queremos, ¡no hay mayor totalitarismo que esto! Sobre la guerra, para BlackRock o Vanguard, el peligro no es que Rusia gane, sino que la guerra termine pronto. Ucrania sin apoyo será derrotada. Biden dio a conocer que por error contable encontró por ahí 3 mil millones de dólares y el club Bilderberg se manifestó decididamente a favor de la OTAN. Sin embargo, el gran miedo no está en los anteriores puntos, sino en la desdolarización. Una tercera parte del mundo funciona sin esta moneda. La secretaria del Tesoro de EEUU Janet Yellen dijo que el muerto aún goza de buena salud y que otra moneda difícilmente podrá reproducir el hábitat del dólar. Sin embargo, el miedo es latente a que el dólar siga perdiendo importancia. A la reunión de Lisboa no asistió ningún chino o ruso. La desdolarización será nuestra pesadilla de los próximos años y no sabemos cómo vamos a despertar.