Créditos malos y buenos
Como ya es costumbre varios analistas y políticos se dan el lujo de criticar al gobierno por el nivel de créditos que tiene el país, para ellos el nivel de endeudamiento es síntoma de crisis económica; sin embargo, debemos mencionar que los créditos son una herramienta financiera que tiene por objetivo cubrir gastos de inversión y en algunos casos gastos de emergencia.
Como ejemplo mencionaremos que una persona o una familia si adquiere un crédito para festejar un acontecimiento social, podríamos calificarlo como un despilfarro; en cambio, si la familia adquiere crédito para comprarse una casa o un vehículo para trabajar de taxi, ese gasto genera mayores ingresos; por tanto, ese crédito podemos calificarlo de positivo, ahora bien si esa familia tiene una emergencia sanitaria y adquiere un crédito para hacer operar a un miembro de la familia, este crédito no generará mayores ingresos pero salvará la vida de uno de sus miembros, ese crédito también podríamos calificarlo como un crédito positivo.
Lo mismo pasa con el crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que hasta ahora no se aprueba en la Asamblea Legislativa por $us.500 millones, debemos recordar que a consecuencia de la pandemia del COVID en las gestiones 2019 a 2021, el Estado debía realizar gastos extraordinarios y en ese momento se tenía la necesidad de comprar respiradores, instalar plantas de oxígeno medicinal, importar pruebas de antígenos y vacunas; de igual manera el Estado distribuyo Bonos Solidarios, subvencionó el pago de servicios básicos como la electricidad de las familias de escasos recursos, estos gastos no podía esperar a que se aprueben los créditos, debía realizarse ese momento.
En este sentido, el BID comprometió devolver los gastos realizados por el Estado Boliviano, mediante créditos solidarios, resulta más que increíble como algunos legisladores no puedan entender la hermenéutica de estos créditos, y como estos recursos tienen que ser devueltos al TGN para reponer los gastos realizados por la emergencia sanitaria.
Este crédito no puede ser considerado como un mal crédito o que este destinado al gasto corriente, si bien no incrementará los activos del país de manera inmediata, fue y es muy importante ya que se utilizó en una emergencia sanitaria que, salvo la vida de varios bolivianos, en este aspecto los legisladores nacionales no tendrían argumentos para rechazar dicho crédito, salvo que tengan intereses políticos o personales.
Debemos tener en cuenta que el salvar vidas humanas no tiene ideologías ni colores políticos, cuando la vida de los bolivianos corría riesgo el gobierno no podía dudar en realizar las acciones y gastos necesarios de salud pública, estas acciones no solo se dieron en nuestro país, se dieron a nivel internacional y los créditos del BID no solo fue aprobado para Bolivia sino para varios países; sin embargo, solo en Bolivia el poder legislativo es el que pone trabas para su aprobación.
Como personas, como familia y como país no debemos satanizar los créditos; al contrario, deberíamos estudiar a detalle los objetivos de los créditos, esta herramienta financiera bien utilizada puede contribuir al desarrollo personal, familiar y del país.