A propósito del Día Internacional de la Mujer
Mujeres
El 8 de marzo se celebró al día internacional de la mujer, teniendo a Dina Boluarte como la primera Presidenta del Perú y la única de Sudamérica. Paradójicamente, poco antes de esa fecha renunciaron a sus cargos las mandatarias más populares del mundo de habla inglesa: las primeras ministras de Nueva Zelandia, Jacinta Ardern, y de Escocia, Nicola Sturgeon.
Una vez, me acuerdo de haber estado en Edimburgo donde fui a tocar la puerta de la Casa Bute, la residencia oficial de la primera ministra. No había un solo guardia de seguridad y la persona que me contestó me dijo que Sturgeon me podía dar cita otro día. Ni ella ni el Gobierno central jamás ordenaron la más ligera represión violenta contra las manifestaciones a favor o en contra de la independencia.
Sturgeon, al igual que Ardern, se despidieron de sus altos cargos con un alto nivel de aprobación. La primera fue nominada viceprimera ministra de su país en mayo 2007, para luego ascender a ser la jefa de Gobierno desde el 20 de noviembre del 2014. Si bien ha anunciado su retiro, ella se mantiene en su puesto hasta que su Partido Nacional de Escocia elija en comicios internos a su remplazo.
Ardern, al igual que su homóloga celta, ganó 2 elecciones consecutivas y lograron mucho respaldo social con sus fuertes medidas para controlar la pandemia. Sin embargo, ambas decidieron intempestivamente dimitir para lograr que sus respectivos partidos se preparen para un cambio de relevo.
Nunca ninguna de ellas llegó a disparar a un solo manifestante o a tener más del 75% de desaprobación en las encuestas, algo que ha caracterizado a la Boluarte. Pese a que la apurimeña tiene casi tantos muertos que días en el poder, ella se resiste a seguir el ejemplo de las mandatarias de dichas democracias.
El país de Dina («Dina-marka» en su natal quechua) se ha llenado de muertos y marchas. En cambio, en la verdadera Dinamarca, donde reina la única jefa de Estado del mundo con más de 51 años en el poder, Margarita II nunca ha disparado a ninguno de sus ciudadanos. La Boluarte pareciera que tiene una coraza más dura que la de un ankilosaurio, con la cual quiere evitar que le reboten los cuestionamientos.
En las Américas tenemos otras 3 presidentas en Honduras, Barbados y Trinidad y Tobago. Todas ellas son populares en sus respectivas naciones y la primera, Ximena Zelaya, fue electa con más del 51% de los votos válidos. Boluarte nunca ganó una elección que haya encabezado (más bien quedó debajo de los votos nulos cuando candidateó para alcaldesa de Surquillo o congresista por Lima). Hoy ella se esmera en emular a Keiko Fujimori y en superarle como la mujer más repudiada de nuestra historia nacional.
A pesar de reclamarse como la primera quechua-hablante en llegar a Palacio de Pizarro, Boluarte se ha convertido en la mandataria que más rechazo genera dentro de sus paisanas. Unos de sus ministros, incluso, ha insultado a las cholitas de polleras de ser peores que animales por marchar con sus hijos en sus hombros. El racismo, clasismo, ultraderechismo y machismo campean en la dictadura cuya mandataria se jacta de provenir del socialismo.