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El genocidio de Trump: casi tantos muertos por el virus, como en Vietnam

/CLAE, Sur y Sur.- No es un huracán, un sismo ni un tsunami, pero la destrucción que deja a su paso es similar, o mayor. Pareciera que el presidente estadounidense Donald Trump ya no solo quiere matar a todos los “narco-terroristas” (léase aquellos que no comulgan con sus locuras) sino también a los estadounidenses. Tiene sobre sus hombros miles de muertes diarias, un verdadero genocidio.

Está a punto de convertirse en el primer mandatario en presidir sobre más muertes estadounidenses que el total que pereció en la guerra de Vietnam (58 mil), al sumar más de 55 mil víctimas fatales de la pandemia del Covid-19 y casi un millón de contagios, la gran mayoría de ellos prevenibles. Para él, como para otros gobernantes negacionistas y criminales de la derecha neoliberal, su respuesta al enemigo invisible es una guerra.

La zona roja sigue siendo el estado de Nueva York, donde el número de fallecidos supera los 18.000.

El presidente estadounidense sorprendió a todos cuando sugirió que los médicos podrían tratar a los enfermos de Covid-19 con inyecciones de desinfectantes industriales o aplicando «luz solar» en el cuerpo humano. Las críticas llovieron, sobre todo de especialistas que advirtieron sobre la irresponsabilidad de semejante declaración, una invitación al envenenamiento colectivo.

«Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto, en un minuto. ¿Hay alguna manera de que podamos hacer algo como una inyección dentro o casi una limpieza? Como pueden ver, llega a los pulmones y alcanza una cifra tremenda en los pulmones, por lo que sería interesante comprobar eso», dijo el mandatario, dirigiéndose al director de la División de Tecnología y Ciencia del Departamento de Seguridad Nacional, Bill Bryan.

Ahora, decidió cortar la polémica siguiendo su propio estilo: anunció que no dará más conferencias de prensa sobre la pandemia. “No vale la pena que gaste tiempo y energía en ello”, aseguró.

Estados Unidos se aproxima al «momento más duro y más triste» de la pandemia de coronavirus en el país, según el jefe del Comisionado del Servicio de Salud Pública del país y cirujano general, el vicealmirante Jerome Adams, quien aseguró que las próximas semanas podrían ser testigo de una tragedia equivalente «al bombardeo sobre Pearl Harbor» o a los «atentados del 11 de septiembre de 2001.

Estados Unidos autoriza el uso de "antipalúdicos" para combatir el ...Gran parte del “logro” de este genocidio se deben al manejo inepto, irresponsable y francamente criminal de los encargados de gobernar Estados Unidos. Aún cuando el terreno para la crisis fue cultivado por políticas neoliberales bipartidistas durante décadas, el presidente es el responsable de que las dimensiones de los efectos de esta crisis sean las que estamos atestiguando, señala el periodista David Brooks.

Lo cierto es que Trump tiene razón: el cloro sí mata al virus, pero hay un problemita: también mata al paciente, como quedó comprobado con aquellos que aún creen en Trump y le hicieron caso. El Centro de Control de Enfermedades, departamentos de salud estatales y municipales, junto con los fabricantes de desinfectantes, se vieron obligados a trasmitir alertas declarando que ingerir tales productos era peligroso.

Hoy sus estrategas temen que la catarata de tuits no ayude a su reelección, que en definitiva era el fin de tanta barbaridad. Es que muchos no han muerto aún por el virus, pero posiblemente lo hagan por hambre: los analistas señalan que el desempleo real en Estados Unidos alcanza al 45 por ciento de la población, mientras millones de personas, entre ellas niños (¿el futuro del país?) no logran acceder a alimentación suficiente.

Los inmigrantes están entre los más afectados por la pandemia, no solo por las medidas antimigrantes de su gobierno. Pensaban que podían vivir más seguros en EU, pero se encontraron en el más contagiado del mundo, Brooks señala que Trump ha estado exportando el virus a varios puntos del planeta al deportar a inmigrantes que habían estado encarcelados en centros de detención, contagiados, sin primero administrar pruebas para diagnosticarlosEE.UU. deporta a migrantes en medio de brote de coronavirus ...

El Institute of Policy Studies señala que del 18 de marzo al 10 de abril 22 millones de estadounidenses perdieron su empleo, pero los multimillonarios acrecentaron sus ganancias en 10%, o para decirlo en cifras, 282 mil millones dee dólares (282 billons en inglés).

Han infectado las palabras. Han infectado la palabra “libertad” con el reemplazo de defensa de la vida por libre circulación y acumulación del dinero, y a como dé lugar, señala la periodista argentina Sandra Russo. Las hordas de la libertad pretenden “freedom”. “I prefer a dangerous freedom” (Yo prefiero una libertad peligrosa), rezaba una pancarta que una rubia de mediana edad sacaba por la ventanilla de su auto durante una caravana de protesta, ilustra.

Pero Trump no llegó al poder, que no quiere soltar, apenas con tuits. La aceitada máquina de los grandes consorcios de la comunicación y la información ha horadado la mente de ciudadanos de a pie con la repetición sistemática de las mentiras y la cizaña que diariamente roe en temerosos y resentidos, multiplicando mensajes en formato de clichés, imponiendo imaginarios colectivos.

Corolario: gente armada hasta los dientes salió a amenazar a la gobernadora de Michigan, que implantó una cuarentena en serio. No un simulacro como el que pretendió hacer Trump, desentendiéndose del manejo federal de la pandemia, después de negar la gravedad del contagio, las recomendaciones de la OMS, los consejos de los infectólogos de su país, y de buena parte de la opinión pública.

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