El “status quo” de una ciudad como Jerusalen
El 11 de diciembre se cumplirán 100 años del día en que el General inglés Edmund Allendy conquistó Jerusalén durante la Primera Guerra Mundial. El alto oficial británico, por respeto a la sacralidad de la ciudad, entró a piè por la puerta de Jaffa sancionando de este modo, el final del largo dominio del Imperio Otomano, que desde 1516 la gobernó por casi 400 años. Egipcios, Babilonios, Griegos, Romanos, Arabes, Otomanos y otros, en sucesión, y durante siglos la han gobernado, pero su nombre y su historia están firmemente ligados al hebraismo y a su fe. Fue el Rey David, segundo monarca de Israel, mil años antes de Cristo, que edificó su capital en esta ciudad. En la explanada de Acropolis, el Rey Salomón erigió el Primer Templo Hebraico destruído por los babilonios. El segundo templo, reconstruído y ampliado por Herodes fue destruído por las tropas romanas. Su principal vestigio es el “Muro de los Lamentos”, lo único que queda del Templo. Los judíos oran desde miles de años, llamándolo Kotel, que significa “lugar sagrado del hebraismo”. Cuando Jesús llegó a Jerusalén fue al Templo de Herodes de donde comenzó a hechar afuera a los que se dedicaban a vender y comprar, como cuenta el Evangelio de Marcos.
Sobre ese monte que los musulmanos lo llaman “Haram al Sharif” (el Santuario noble), se encuentra la “Grande Mezquita” o “Mezquita de Al-Aqsa” de donde según la fe islámica, Mahoma subió al cielo sobre una cabalgadura volante.
Ciudad Santa para las tres religiones monoteístas, hebraica, cristiana y musulmana, Jerusalén es patrimonio mundial de la humanidad. Es una estratificación de culturas distintas en el linaje original, es decir hebraico.
Es capital única e indivisible para Israel en base a la ley constitucional y su “status quo”, según las normas internacionales es muy complicado. El Rey de Jordania tiene el poder absoluto sobre los lugares santos musulmanos, y sobre la “Explanada de la Mezquita”, y de la parte Este de la ciudad que el estado hebraico la ha enexado en 1967, después de la desastroza “guerra de los seis dias”, cuando fueron derrotados los jordanos..
La comunidad internacional sobre la base de varias resoluciones de las Naciones Unidas, no reconoce la sobernidad israeliana sobre la ciudad, tanto es cierto que todas las embajadas del mundo se encuentran en Tel Aviv.
Jerusalén será reconocida, como parece, capital del Estado Israeliano si Donald Trump confirmará el cambio de residencia de la Embajada de los Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, creando un precedente que es imposible imaginar por las consecuencias que traerá.