Clima, desastres y economía
Una reciente investigación publicada por Gregory Unruh (2017) aborda la relación entre cambio climático, desastres naturales y la economía. En este pequeño análisis, se brinda énfasis a la interpretación sobre algunas estimaciones del trabajo señalado. En tal sentido, se ha observado que durante el 2016, la temperatura en la tierra y océanos se incrementó en 0.94 °C con relación a la temperatura promedio del siglo XX.
Por otra parte, el significado de cataclismo implicaría una situación extrema de desastre natural, donde no existe posibilidad de supervivencia, con destrucción de la biodiversidad y una posible extinción del ser humano.
La literatura científica señala la presencia de efectos adversos en variaciones de +3 °C, al realizar diversas simulaciones, con implicaciones adversas globales en sequías, escasez de agua, inclusive con regiones que se volverían inhabitables; extremos eventos vinculados con tormentas originadas en los mares, sunamis y tornados. Otras simulaciones indican que con una variación de +4°C (o más) impactaría en 16% de extinción de las especies actuales.
Diversas investigaciones han abordado la relación entre desastres naturales y su impacto en la economía nacional; sin embargo, las estimaciones señalan de forma predominante de los desastres naturales demuestran no ser significativos, especialmente con nula incidencia en los mercados financieros, frente a cambios en los riesgos de desastres naturales.
Así, por ejemplo, al abordar los doce mayores impactos de desastres naturales en países del Caribe (con mayor frecuencia de evento), se ha identificado un efecto promedio negativo de caída del 2% sobre el Producto Interno Bruto (PIB).
Asimismo, se encuentra que países con elevados niveles de reservas internacionales, altos niveles de crédito al sector privado y buenas instituciones (menores niveles de corrupción), tienden a soportar y reaccionar en mejor manera la reacción a los desastres naturales.
La pregunta central es sí estas variaciones del cambio climático son ocasionadas por la emisión de dióxido de carbono CO2 (hipótesis del calentamiento global) o por otra parte son procesos naturales cíclicos con calentamiento y enfriamiento de la tierra y los mares de manera recurrente (fases milenarias).
En suma, variaciones de temperatura superior a los 3°C podrían interpretarse como efectos adversos al ecosistema, donde la actividad humana y por tanto, la economía se verían afectadas. Umbrales inferiores, más allá de la creencia popular, los desastres naturales no evidenciarían efectos significativos en la actividad económica, aunque sí existirían connotaciones sociales.