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Bolivia: epicentro mundial de huellas fósiles de dinosaurio

Bolivia se ha consolidado como un epicentro mundial para la paleontología de dinosaurios, albergando registros fósiles extensos que datan del Cretácico Superior. Estos hallazgos proporcionan información crucial sobre la diversidad, el tamaño y los patrones migratorios de los gigantes prehistóricos justo antes de la extinción masiva.

El país es famoso por el sitio de Cal Orck’o, cerca de Sucre (Chuquisaca), un imponente farallón de más de 1.5 kilómetros de largo. La pared vertical, que originalmente fue un lecho de lago y se elevó por movimientos tectónicos, es un archivo excepcional.

Alberga cerca de 12.000 huellas individuales y más de 400 senderos (rastros de caminata), con una antigüedad aproximada de 68 millones de años.

Se han identificado al menos ocho especies diferentes, destacando grandes saurópodos(herbívoros de cuello largo) y terópodos (dinosaurios carnívoros, con rasgos similares al Tyrannosaurus rex). Las inferencias sugieren que los dinosaurios viajaban en grupos o manadas a lo largo de esos senderos.

Descubrimientos recientes y clave

Además del yacimiento emblemático de Cal Orck’o, Bolivia sigue siendo escenario de hallazgos de gran relevancia científica.

El Parque Nacional Toro Toro (Potosí) es un sitio crucial que se ha destacado por el descubrimiento de huellas de terópodos, incluyendo una icnita asignada al grupo de los abelisaurios, una familia de grandes depredadores del Cretácico.

Además, un estudio publicado en diciembre de 2025 documentó las huellas de Carreras Pampa en Toro Toro, estableciendo un nuevo récord mundial en concentración de rastros prehistóricos.

Otro hallazgo notable ocurrió en 2016 cerca de Cal Orck’o, donde se descubrió una huella de saurópodo de 1.2 metros de diámetro. Los paleontólogos atribuyeron este rastro a un ejemplar que pudo haber medido hasta 25 metros de largo, siendo uno de los mayores de su tipo en Sudamérica.

Conservación y desafíos de gestión

Sitios como Cal Orck’o y Toro Toro son pilares del geoturismo boliviano, pero su conservación es un desafío constante. La exposición de las huellas a la erosión natural requiere una inversión continua en infraestructura y protección especializada.

El Ministerio de Culturas de Bolivia, en coordinación con expertos internacionales, continúa monitoreando y protegiendo estos sitios, considerados Patrimonio Cultural y Paleontológico de la Nación, asegurando que la investigación científica y la divulgación de estos hallazgos continúen.

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