Diplomacia dinamitada por Dina
Perú vs México y la región
El viernes 24, Dina Boluarte emitió un mensaje en la que anunció el retiro del embajador peruano en México, algo que se da a 2 meses de que el Perú expulsara al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy. Desde que en 1823, hace 200 años, se establecieron relaciones entre ambas naciones, siempre hubo una fluida interrelación diplomática. Esta es la primera vez que solamente habrá encargado de negocios en ambas partes.
Nunca antes el Perú ha estado tan aislado de su región. Y, todo ello, cuando la economía y política globales se basan en la creación de bloques continentales.
Importancia de México
Este país tiene casi 130 millones de habitantes, aproximadamente el cuádruple que la del Perú. Su PBI es de $ 2 890 685 millones, más de 6 veces que el peruano, que es de $ 453 652 millones. El país azteca tiene una de las 13 ó 15 economías más importantes del mundo y es parte del Grupo de las 20 potencias.
Su mandatario, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es el motor de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe (CELAC), el primer bloque de los 33 países al sur de EEUU, y preside temporalmente la Alianza del Pacífico (que integra su nación, Colombia, Perú y Chile).
AMLO se negó a realizar la cumbre de este último pacto en su país debido a que el Congreso peruano no permitió que viaje allí el entonces Presidente Pedro Castillo. Cuando el 7 de diciembre, Castillo fue sustituido por Dina Boluarte, AMLO ha seguido reconociendo al maestro chotano como el presidente legítimo del Perú, ha acogido en su tierra a su familia exiliada y se refiere al nuevo Gobierno como «espurio».
Los que apoyan a AMLO aducen de que él defiende la institucionalidad democrática pan-americana y los derechos humanos y constitucionales. El argumento contra AMLO es que él está rompiendo la neutralidad diplomática e interfiriendo en los asuntos internos de otra nación para amparar a un exmandatario «corrupto» y «golpista».
Perú y México siempre tuvieron una buena relación. Ambos fueron las sedes de las 2 principales civilizaciones cuando llegó Colón a las Américas y luego de los primeros virreinatos hispanos. Cuando Francia invadió a México, el Perú salió en su defensa y Ramón Castilla envió una misión de apoyo en 1861.
Hoy la república azteca invierte $14 mil millones de dólares en el Perú, algo solamente sobrepasado a nivel regional por Brasil. Los Grupos Bimbo, México y Salinas, América Móvil, Mexiquem y Sigma Alimentos son algunas de sus multinacionales que operan en el país.
Congreso provocador
Para la ultraderecha es clave lograr torpedear la relación con México y otros países con administraciones «progresistas». El excanciller Rodríguez Mackay es hostil a la CELAC y a la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), pues quiere que el hemisferio siga siendo controlado por la Organización de Estados Americanos (OEA) timoneada desde Washington.
El Foro de Madrid, la internacional franquista de Vox, donde está el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, los titulares del Congreso, José Williams y Martha Moyano, y varios congresistas de AvP, FP, RP y APP, quiere destruir todo bloque regional autónomo para que se crea una «Iberosfera» (la atmósfera que rodee a Iberia).
Tras haber logrado producir el mayor deterioro diplomático de la historia con el país hispanohablante más poblado, ahora la DBA apunta hacia Colombia, la segunda nación de habla castellana más habitada.
El 18 de febrero el Congreso resolvió declarar al Presidente colombiano Gustavo Petro como «persona no grata». Keiko Fujimori, quien animó esa movida, llegó a terruquearlo al referirse a él como un «guerrillero» que «mete su nariz roja» en el Perú. Hace esto, luego de que su padre como dictador vendió decenas de miles de armas a las FARC y buscando crear otro enemigo terrorista para potenciarse electoralmente.
Ciertamente que la cancillería colombiana ha minimizado esa resolución y anuncia que siguen en pie las relaciones entre ambas naciones. Empero, constantemente hay declaraciones públicas de su mandatario Petro en apoyo a Castillo. Mientras tanto, el otro integrante de la Alianza del Pacífico, el chileno Gabriel Boric, ha sido muy duro contra el Gobierno peruano por sus abusos a los derechos humanos.
Con Bolivia (el país con el cual el Perú estuvo unido la mayor parte de su historia, siendo el último intento el de la Confederación de 1836-39), la tensión es mayor. El 9 de enero, cuando se produjo la matanza de 19 personas en Juliaca (el principal centro comercial y comunicacional del altiplano), también se informaba que estaba prohibida la entrada al país del expresidente boliviano Evo Morales (el único sudamericano vivo que ha gobernado a su Estado durante 14 años consecutivos).
El 22 de enero, Ernesto Bustamante, quien ocupó en 2021-22 la presidencia de la comisión de relaciones exteriores del Congreso, tuiteó que “El Perú debe dar ultimátum al gobierno de Bolivia, para que detenga apoyo material y financiero a terroristas en Perú. Cumplido el plazo sin solución, el Ejército del Perú deberá ingresar a Bolivia y ocupar cautelarmente recursos naturales que garanticen una ulterior reparación”.
Esta propuesta es muy grave, pues para lograr ello hay que ocupar un territorio de 1,098,581 km², pues su gas, petróleo, soya y producción agropecuaria se concentra en las zonas fronterizas con Brasil, Paraguay y Argentina, y su litio, estaño, plata y metales cerca a Chile y Argentina. Dicha superficie es poco menor a la del Perú y mayor que la suma de Vietnam y Afganistán (2 repúblicas que terminaron derrotando a las potencias que les ocuparon).
Una eventual guerra al sur del Titicaca haría que el resto de Latinoamérica se solidarice con Bolivia, que en el Perú estalle una guerra civil y que acabemos con la peor derrota militar de nuestra historia republicana.
Boluarte contra Bolivia
Dos días después de las declaraciones de ese fuji-congresista aliado suyo, Dina Boluarte hizo una conferencia de prensa ante los medios internacionales. Esta se daba cuando ese mismo 24 de enero se realizaba en Buenos Aires la VII cumbre de la CELAC. Ella ni asistió ni aprovechó la oportunidad para desearles éxitos a dicha cita. En cuanto a Bolivia, ella no quiso calmar las aguas.
Por el contrario, Boluarte arremetió contra Bolivia. Ella ha acusado sin pruebas a La Paz de estar armando o financiando a las protestas del sur. Esto fue una provocación contra dicho vecino y contra toda la región, la cual realizaba su principal cumbre anual de mandatarios. Varios de ellos salieron a cuestionar los abusos a los derechos humanos hechos por ella. Además de Petro y de AMLO (quien hizo desde México un video especial al respecto), se pronunciaron allí mismo la hondureña Xiomara Castro de Zelaya (la única presidenta del hemisferio electa en una sola vuelta con más del 51% de los votos) y el chileno Gabriel Boric quien calificó de inaceptables los actos del actual Gobierno y comparó a la intervención policial sobre la Universidad San Marcos con hechos que le recuerdan a las dictaduras del Cono Sur.
Torre Tagle reaccionó retirando “definitivamente” a su embajador en Tegucigalpa. Ese mismo grado de enfrentamiento no se ha dado aún contra Chile y Colombia, repúblicas con las que tenemos mucho intercambio comercial y una frontera común.
Un comunicado del Foro de Madrid acusa a Argentina, Bolivia, Chile, Honduras y México por “que apoyan implícitamente esta desestabilización” (la del Perú). Quienes se dedicaron a desestabilizar con todo a la plancha presidencial desde el primer día en que esta fue electa el 6 de junio del 2021 y quienes hasta inicios de diciembre pedían la salida de Boluarte o que no se le archivasen las acusaciones en su contra, ahora se han tornado en los grandes pilares del nuevo régimen.
En esa lista de «enemigos» dicho foro pro-fascista no incluye a los otros 9 socios que tiene Bolivia en la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), en la cual están Venezuela, Cuba, Nicaragua y 6 Estados de las Antillas de habla inglesa. El ALBA congrega al sector más “antiimperialista” del hemisferio (además del franco-parlante Haití como observador). Esta ha buscado no comerse tanto el pleito sobre Perú para evitar más represalias y acentuar el bloqueo que sufren varios de sus miembros.
Por el momento, Brasil no se ha pronunciado sobre la situación peruana. Su nuevo presidente no quiere aún seguir al resto del “progresismo” de la región en condenar a Baluarte, pues su meta principal es ganar aliados contra quienes hicieron un golpe de estado en Brasilia del 8 de enero (y el Premier Alberto Otárola, quien fue a la juramentación de Lula, ha condenado dicha intentona).
Sin embargo, ya hay aristas por el solo hecho de que Boluarte venga cogobernando con los admiradores limeños de Jair Bolsonaro y porque ella no haya ido a la VII cita de la CELAC (a la cual Lula fue como parte de su primer viaje al exterior y como un primer paso para crear una moneda única regional: el Sur).
Aislamiento regional
Hoy el Perú es el único de los 8 países de sustancial superficie de Latinoamérica que no tiene un Gobierno que se reclame de izquierda o nacionalista, como si pasa con Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela y México. La mayoría de los 33 países de Sud y Centro América, y más del 90% de sus 650 millones de habitantes, sí tienen Gobiernos que se autoproclaman como “progresistas”.
Boluarte bien pudo empalmarse inicialmente con esta corriente. Cuando el Dr. Vladímir Cerrón la puso a dedo como primera vicepresidenta de la plancha de PL, ella reivindicaba incondicionalmente al ALBA y a los “socialismos” de Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua. Luego ella se fue distanciando de estos Gobiernos acusados de “radicales” o “autocráticos” por parte de las izquierdas moderadas iberoamericanas, las cuales se agrupan en el Grupo de Puebla. Pese a que este último, inicialmente la reivindicaba y luego saludó su designación como presidenta (llamándole a aplicar políticas “progresistas”), Boluarte ha preferido cogobernar con los seguidores del franquista y filo-fascista Foro de Madrid.
En las Américas de este milenio, su presidencia se ha convertido en la que más manifestantes ha asesinado en proporción a los días que viene gobernando. “The Economist” acaba de sacar al Perú por primera vez de su lista de las democracias. Su Gobierno es el más militarista y derechizado de Sudamérica.
Por el momento, su principal soporte es EEUU, cuya saliente embajadora Lisa Kenna fue clave en instrumentar que Boluarte llegue y dure en palacio. La crisis social, económica y política pudiese hacer que la nueva embajadora norteamericana que ha de llegar a Lima, Stephanie Syptak-Ramnath, pudiese dar un giro.