Argentina: La oligarquía, el precio de la carne y el poder
Muchos piensan que la OLIGARQUÍA, es algo anacrónico, o referido a otros tiempos, la que pese a esa creencia, sigue vivita y coleando y con más vigencia que nunca.
Como soy un convencido que todo ya ha sido escrito, apelo a viejos documentos que hacen referencia a la misma, los que conservan toda su vigencia, aunque estén ocultos deliberadamente por el polvo del olvido.
En primer lugar veamos la etimología y la definición de la misma:
Oligarquía, del griego; deriva de olígos, qué significa «poco, escaso, reducido», y archo, que significa «mandar, ser el primero».
De acuerdo al Diccionario de la lengua española, oligarquía tiene dos definiciones: “forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo minoritario”; y “grupo reducido de personas que tiene poder e influencia en un determinado sector social, económico y político”.
A lo largo de la historia, las oligarquías han sido a menudo tiránicas, confiando en la opresión para existir. Aristóteles fue pionero en el uso del término como sinónimo de dominio por los ricos.
Con ello, uno debería darse cuenta que nada ha cambiado y que la misma está en plenitud.
Sarmiento dijo: En nuestro país “gobierna una oligarquía con olor a bosta de vaca”, hoy agreguemos con olor a cereal, bancos y medios de comunicación.
Y agregaba: “Las gentes ricas no sólo son los peores enemigos de la educación popular, sino de todo intento de sacar a las masas de su miseria y atraso, de toda medida que amenazase lesionar sus privilegios.” “La oligarquía tiene la tierra y el colegio, el paisano su destitución y el facón.”
Sobre la fortuna de esta clase, afirmaba: “No hay una sola persona que tenga finca, estancia de cualquier clase, que a sus padres no les haya sido regalado”. “Preguntad a los grandes propietarios cuánto les ha costado. Nada, absolutamente nada.”
La garantía de sus privilegios es: “por último un salonazo, perfectamente adornado, de la Justicia (cloaca de la corrupción). En los que el esplendor y atavíos externos están aliados fraternalmente a la miseria física y moral de las masas populares.”
Entendamos que a los oligarcas nada le importa de la situación de los argentinos, es más los desprecian, que coman a no carne, no es su problema, solo se fijan en lo que fugan del país.
Scalabrini Ortíz decía de ellos: “La oligarquía cedió al extranjero el manejo de la moneda y el crédito, las concesiones eléctricas, multiplicó las deudas públicas de alto margen de utilidad y distribuyó los dineros entre los oligarcas endeudados. Todo con una Justicia que jamás se ocupó de otra cosa que defender y amparar al capitalismo, como lo demuestra el historial de los fallos de la Corte Suprema”. ¿Hablaba del gobierno de Macri?
Todo esto demuestra que la Oligarquía sigue viva, tiene poder y quiere manejar todos los resortes de la economía y si esmerila al gobierno, mejor.