Bloqueo y paro nacional indefinido: Momento de balance y resultados
Todos lo sabemos, un paro nacional indefinido con bloqueo de caminos es una medida extrema y radical de última ratio. Una especie de jaque en el ajedrez socio-político. Generalmente es resultado de un importante proceso de acumulación de fuerzas, de potencia social y de construcción de un imaginario colectivo compartido que, frente a un estado de cosas extremadamente injusto, abusivo o inaguantable para la mayoría de la población, decide cambiar y corregir el curso de su orientación en beneficio del bien común de la sociedad. Por ser nacional, no puede (o al menos no debería), limitarse a una lucha o reivindicación sectorial, menos corporativa, o de beneficio de unos pocos.
Por eso mismo es una medida de “última instancia”, que no se puede improvisar o lanzar irreflexivamente, porque entraña jugar “al todo por el todo” para alcanzar un objetivo estratégico y no circunstancial. No es una consigna inicial de movilización, y más bien se produce una vez que se han agotado todos los otros medios de lucha y resistencia para lograr que el Estado (o quienes circunstancialmente ejercen poder de decisión sobre el estado de cosas reinante), atienda y cumpla reivindicaciones y demandas que a los ojos de la sociedad y el pueblo, son apreciadas y respaldadas como justas, razonables y correctas.
Es decir, se trata de una medida que debe haber madurado en el seno de la sociedad, creando un sentido común que, a la postre, constituirá el principal factor de éxito. Por eso mismo y en vista del enorme esfuerzo y sacrificio que demanda de la sociedad para sostenerse en el tiempo y con la contundencia deseada, no puede improvisarse y mucho menos cambiar de orientación, contenido ni objetivos (porque delataría irresponsabilidad, inconsistencia o hasta burla).
Para tener un primer balance de lo ocurrido recientemente en el país con dicha medida, solo hay que contrastar dichos principios con la forma de cómo fue abordada 1/.
En cuanto a las consecuencias y resultados alcanzados con tan estratégica medida, veamos el miserable legado propiciado por el MAS y su burocracia dirigencial sometida:
1) Semejante sacrificio empeñado, no ha conquistado NADA que no sea un generalizado repudio, rechazo, descontento, división, desprecio y ataques mutuos de traición; sin mencionar los indeseables como profundos efectos negativos que tendrán sobre el propio pueblo al que supuestamente representaban. En cambio, el caudillo fugado y los mandamases cómodamente instalados en su área de confort, siguen disfrutando sin haberse ensuciado siquiera las manos.
2) El bloqueo ha revivido y actualizado una antigua lacra social que se pensaba en proceso de extinción: el odio racista, confrontacional y paramilitar anidado en los dos polos antagónicos que a tiempo de asemejarse en sus prácticas guerreristas de pacotilla, también se disputan el vil mérito de demostrar cuál de ellos es más sanguinario, violento y excluyente. La diferencia es el bando al que pertenecen, porque ponchos rojos, cocaleros autoconvocados, resistencia juvenil cochabambina, unión juvenil cruceñista, u otros similares, son iguales.
3) Tal ha sido la debilidad y sinrazón de la causa criminal abanderada, que al mismo tiempo de entrañar delitos de lesa humanidad que han provocado el mayor descrédito respecto de aquellas organizaciones matrices como la COB (mismas que constituyeron un referente nacional e internacional en el pasado); ahora dan paso a un penoso proceso de desmoronamiento y descomposición. Tal situación (sin descontar el inevitable repudio a esa burocracia dirigencial aventurera) puede ser motivo para justificar intervenciones indeseables.
4) El bloqueo levantado y suspendido ha vuelto a poner en evidencia las nefastas consecuencias de la derrota, el fracaso y el profundo retroceso que provocan como efecto del pongueaje político, la dependencia de caudillos codiciosos y enajenados que imponen sus miserables intereses por encima de las necesidades y luchas del pueblo; y por la total falta de autocrítica, criterio propio, e independencia organizativa que los convierten en serviles cautivos de imposiciones discrecionales que se dictan desde fuera.
5) Todos los sectores populares que hace poco tenían causas comunes de lucha y reivindicación, ahora se encuentran divididos, confrontados y acusándose mutuamente de traición. En ese escenario, la derrota y el fracaso son inevitables, y es previsible esperar que un proceso de rearticulación y confluencia, cueste reconstruir. Ello abrirá paso a la restauración neoliberal y los intereses antinacionales. El país pierde y los oportunistas se aprestan a reponer antiguos privilegios y mezquinos intereses (de poder y económicos).
6) Se han postergado, debilitado y desacreditado las diversas causas de lucha y resistencia popular contra el desgobierno transitorio, la corrupción galopante, los despropósitos y graves medidas que atentan contra la naturaleza, la economía y los derechos humanos; porque ahora se los quiere mostrar como si fueran parte de la criminal convulsión antidemocrática propiciada por el MAS y sus sectores afines.
7) La agenda popular y las deudas históricas acumuladas que permanecen irresueltas, han sufrido un profundo descrédito, porque se aprovecha(rá) para hacerlas ver como si fueran parte de la conspiración criminal masista. Ello significa que ha de costar mucho quitar esa mala imagen que le permite al gobierno transitorio seguir actuando y cometiendo mayores atentados contra el país y el pueblo, y le pone la alfombra a los sectores conservadores para reactualizar una agenda antinacional y antipopular (que con seguridad y paradógicamente será presentada como una agenda de “salvación nacional”).
8) La criminal movilización y bloqueo solo ha contribuido a confirmar el carácter delictuoso, impostor y angurriento de poder que ha caracterizado al MAS y su burocracia dirigencial sometida; con lo cual han terminado por sepultar y hundir toda esperanza que en algún momento tuvieron para ganar las elecciones. Ahora hasta sus propios seguidores los definen como traidores y se aprestan tardíamente a exigir cuentas.
Como consecuencia de todo ello, no solo hay fracaso y derrota (con todo lo que ello implica para un movimiento que se dice mayoritario), sino que se ha contribuido a postergar y debilitar otras y más importantes demandas y causas populares que continúan pendientes y relegadas. Es como si a la traición, desperdicio e impostura de 14 años de gobierno pasado, que fue seguida recientemente por el fraude electoral que terminó desplazando y arrinconando a las fuerzas populares; ahora hubiesen decidido asestarle un golpe artero con el fracaso de una medida criminal que ha terminado en derrota. No hay resultados, solo enormes costos y consecuencias nefastas.
Semejante descalabro equivale a su suicidio… pero inevitablemente y a pesar de todo, como ocurre en el propio ciclo de la vida y la historia, también servirá para originar y dar curso al surgimiento de una alternativa popular independiente del masismo y contra la reacción neoliberal que se apresta a restaurarse, sobre la base de semejante y gratuito aporte brindado por sus ex aliados políticos que quisieron convertir en una puja de fechas, una medida que puso en vilo a la democracia, el país y a su pueblo. Solo es cuestión de tiempo, que nadie se llame a engaño.
/ Para tener una idea que corresponde estrictamente a la lógica y los entretelones que originaron la adopción de tan estratégica medida, véase y escuche las propias declaraciones vertidas a momento de declarar su suspensión por los principals dirigentes ejecutivos de la COB-Pacto de Unidad que se encuentran en el siguiente enlace. Ver: http://www.erbol.com.bo/nacional/cob-y-pacto-de-unidad-consideran-%E2%80%9Ctraici%C3%B3n%E2%80%9D-la-ley-de-elecciones-dicen-que-se-hizo-sus