¿Por qué la reelección de un gobierno electo es legítima, mientras que la de uno no electo implica la consolidación del golpismo?
Golpismo y legitimidad
El lanzamiento de la candidatura de la autoproclamada y golpista Añez ha desatado en los medios de comunicación el debate sobre la reelección presidencial. En este marco, los afectados por ese lanzamiento proselitista (debido a que provoca dispersión de su voto) han realizado cuestionamientos a la reelección en sí misma. «Está haciendo lo mismo que criticamos a Evo«, dicen los críticos interesados.
No, señores, no es lo mismo ni de lejos. La repostulación de un gobierno electo -como el de Evo Morales- es legítima, porque en este caso, la elección se convierte en un examen, ante la población, de la gestión gubernamental que ha concluido. No estamos inventando la pólvora, ese mecanismo democrático existe en muchos países y, en todas partes, tiene ese mismo contenido. De lo que se trata es que el gobierno que pretende la reelección ponga a consideración de la población los logros que ha alcanzado. Así por ejemplo, era completamente legítimo que el gobierno de Evo Morales muestre a la población la cantidad de escuelas, viviendas, carreteras que ha construido; las empresas públicas que ha creado; los programas y políticas que ha llevado adelante. En ese marco, es pues legítimo que muestre esos logros, que efectivamente son patrimonio del Estado, pero no por eso el candidato a reelección debe ocultarlos, puesto que si eso ocurre se vulnera el derecho de la población a conocerlos, es decir, el derecho a la información. En ese contexto, el canal 7 ha cumplido ese rol de información que los otros medios de comunicación privados se negaron a realizar. Por el contrario, se dieron a la campaña de invisibilizarlos. Ahí estaba el carácter profundamente antidemocrático de la campaña que realizaron. Querían que la población desconozca los logros y obras que realizó el gobierno de Evo Morales, de ahí su furia contra el rol que en su momento cumplió el canal 7.
Se podría objetar, como efectivamente lo han hecho, que en ese marco, los candidatos opositores se encuentran en desventaja (puesto que no tienen nada que mostrar). Esa es una apreciación sesgada, puesto que su rol en la campaña es otro. Ellos tienen derecho a objetar, criticar y cuestionar lo que se ha hecho y dado que ninguna obra humana es perfecta siempre habrá argumentos para cuestionar lo realizado. Además, se supone que tiene otra perspectiva en torno a la gestión gubernamental. En ese marco, y desde su propia perspectiva, podrían realizar análisis de cómo su perspectiva de gestión (sus políticas económicas, sociales, etc) podrían dar mejores resultados de los alcanzados por el gobierno que busca la reelección. Si hubieran hecho eso, la población hubiera tenido elementos sanos para juzgar y adoptar una decisión informada para su voto.
Pero los golpistas se dedicaron a otra cosa: hicieron lo imposible por evitar que el gobierno de Evo Morales muestre sus logros, tenían la necesidad de ocultarlos puesto que eran insuperables desde su perspectiva neoliberal. Por esa misma razón, no explicaron al pueblo sus programas de gobierno, ya que el neoliberalismo -que en realidad es su programa de gobierno- ha sido derrotado en el país contundentemente. Su campaña fue consecuentemente espuria, porque tenían que ocultar dos cosas: los logros de la gestión de Evo y sus propósitos de reinstaurar el neoliberalismo. Ahí también está la explicación del porqué su única posibilidad de sacar del gobierno a Evo era mediante un golpe de Estado.
Por todas estas razones, la reelección de un gobierno electo, es completamente legítima.
Por otro lado, la postulación de un gobierno de facto, como el de Jeanine Añez, es completamente ilegítima. En primer lugar, no es un gobierno que hubiera accedido por el voto del pueblo. Por eso, no se trata de una reelección, ya que ese gobierno nunca fue electo. En este caso si se presenta, en su verdadera dimensión, la posibilidad ilegítima de uso indebido de bienes del Estado, que es la acusación que se ha hecho al gobierno de Evo. En su caso, recibió el aval de la votación del pueblo para mostrar sus logros, en el caso de la autoproclamada, no tiene ningún aval para mostrar nada, aunque tampoco tiene nada que mostrar, a no ser los muertos que provocaron sus masacres. Por esta razón, su postulación implica simplemente el intento de consolidar su golpe de Estado. Si en este marco han surgido protestas de parte de sus cómplices en el golpe, es porque su intento de hacerse elegir, los margina a ellos.