Ni menos ni más precipitación pluvial que el año pasado, pero suma la imprevisión
No hay lluvias ni agua potable pero el gobierno insiste con el Bala y otras hidroeléctricas
En La Paz no solo falta el agua, sino que sale turbia. Aumenta el riesgo de focos de infección. ¿Cuánta agua cosechó el gobierno con sus programas Mi agua y Mi Riego?
El presidente Evo Morales pidió a los habitantes del departamento de Beni no dejarse engañar con pequeños grupos que tienen el propósito de frenar la ejecución del proyecto hidroeléctrico ‘El Bala’, mientras la falta de lluvias y los cortes prolongados ponían en vilo a la ciudadanía y en incertidumbre las esperanzas de rellenar las represas cordilleranas y las futuras en tierras bajas que el gobierno insiste en impulsar para exportar energía.
Este martes, en la segunda semana de restricciones severas para el abastecimiento de agua potable en la ciudad de La Paz, la Defensoría del Pueblo visitó varios barrios y encontró que no hay racionamiento del líquido elemento, sino cortes del servicio, además, de mala calidad.
Evidenció así que el agua supuestamente potable que sale de los grifos es turbia, lo cual preocupa por una posible afectación a la salud de quienes la consumen, reportó el diario El Deber.
Ante la versión de la escasez de lluvias durante 2016, mencionada por las autoridades nacionales y de la empresa local EPSAS como la causante de la actual falta de agua en La Paz, las precipitaciones en esta región tuvieron durante 2016 los mismos niveles que en 2015, dijo a la agencia ANF la jefa de Unidad de Pronósticos del servicio estatal de meteorología e hidrología, Marisol Portugal.
Bolivia sigue siendo el país con el índice más bajo en la cobertura de agua y alcantarillado en América latina, pero —para lo peor— las empresas administradoras de estos servicios se han convertido en botín político partidario, sostuvo este martes Mario Mamani, en su columna habitual de Erbol, en una de las decenas de protestas públicas que difunden los medios convencionales y digitales.
“La historia reciente nos recuerda la ‘Guerra del Agua’, dramáticas jornadas en El Alto, La Paz y Cochabamba, se logra expulsar a las empresas privadas, francesa primero y la británica después, (1997-2003) y se crean las administradoras nacionales como EPSAS y SEMAPA; pero a partir de esas fechas ¿cuánto se ha invertido en agua y servicios básicos para Bolivia?, cuestionó Mamani.
REPRESAS EN DESECACION
En la región amazónica cercana a La Paz, el presidente Morales dijo que ante su propósito de ejecutar grandes proyectos para generar más recursos económicos “se oponen grupos engañando y usando al movimiento campesino y el movimiento indígena… así como los engañaron con el puente y con el camino y ahora quieren mentir con el tema de El Bala».
Agregó, según la agencia estatal ABI, que ese proyecto «controlará las inundaciones» que se registran en el Beni en época de lluvias y garantizará la provisión de agua durante la sequía. En La Paz sin embargo, dos de los reservorios de altura próximos a los nevados, confrontaban reducciones de hasta el 92 % de su masa líquida.
«Si tenemos represas o presas es también para garantizar agua para la población», manifestó Morales, mientras en la mayor parte de las ciudades se lamentaba la falta de previsión para conservar las reservas hídricas.
El proyecto hidroeléctrico ‘El Bala’ está sobre el río Beni y abarcará dos represas, una en el El Chepete, ubicada a 70 kilómetros aguas arriba de Rurrenabaque y El Bala, 13 kilómetros aguas arriba de las poblaciones de San Buenaventura, La Paz, y Rurrenabaque, Beni, detalló ABI, aunque no mencionó los cuestionamientos de organizaciones medioambientales que impugnan.
Tampoco el gobierno informó sobre la promocionada “cosecha de agua”, uno de los lemas de los programas Mi Agua y Mi riego para los que destinó más de 550 millones de dólares en los últimos años, según el propio informe presidencial y las supuestas medidas anti-sequía que promocionó en agosto pasado cuando Morales aseguró: “Estamos preparados para la sequía”.
“En los hechos, en Bolivia hay una penetración progresiva del capital y la inversión estatal china y rusa, que están destruyendo el medio ambiente con inversiones gigantescas de infraestructura como el tren bioceánico, represas, una planta nuclear”, denunció esta semana en México la socióloga Silvia Rivera, una notable defensora de las causas indígenas desde hace cuatro décadas.
PROVISION TURBIA
“Las precipitaciones entre 2015 y 2016 han sido similares. Durante la época seca las lluvias han sido escasas, pero eso es normal porque estamos en etapa seca y fría. En octubre sí tuvimos lluvia igual que el año pasado», dijo la vocera del servicio estatal de meteorología e hidrología.
Portugal explicó que en la época seca, entre abril y noviembre, los índices en 2015 fueron los usuales, ya que se registraron chubascos de corta duración y sólo en junio no hubo precipitaciones. En 2016, dijo a la ANF, los indicadores fueron similares siendo mayo el mes más seco.
Por su parte, el Defensor del Pueblo, David Tezanos, dijo este martes que lo que existe son cortes del servicio y no racionamientos.
«Considerar el acceso al agua como un derecho humano y social, conlleva la necesidad de aplicar reglas y asumir deberes y obligaciones que deben ser cumplidas por las instituciones del Estado y otras instancias vinculadas a la provisión y presentación de este servicio. Por tanto, ninguna razón técnica, económica, financiera o política, puede privar a la población de este derecho, más aún, si es resultado de la falta de previsión o inadecuadas decisiones técnico-administrativas», agregó.
GUERRA POR EL AGUA
“Quienes lideraron la lucha por el agua llegaron a ocupar ministerios, altos cargos en el gobierno actual y algunos todavía siguen como asambleístas nacionales; pero olvidaron dar continuidad a la lucha y cumplir los objetivos del milenio y el Plan de Desarrollo Nacional. ¿Se cumplió?” preguntó también en su publicación de Erbol Mario Mamani.
La vida en las barrios periféricos y nuevas urbanizaciones donde no existe la infraestructura para el servicio de agua, es dramática; los enfrentamientos entre vecinos están por explotar y las consecuencias pueden ser fatales; en el campo, un ojo agua, una vertiente, un pozo, es motivo de disputa no sólo para el consumo humano sino para los animales que todavía quedan, recordó.
“¿Esperamos que esta situación mejore? ¿Volveremos a admirar montañas cubiertas de nieve? ¿Los ríos volverán a tener su cauce de antes? ¿Volveremos a tener temporada de lluvia como antes? ¿No cuesta menos un litro de gasolina que otro tanto de agua? ¿Lo que se vive hoy no es un anuncio del principio del final?, insistió también»
“Clanes familiares, amigos y cuotas de poder dan resultado de ineficiencia, el dinero que el pueblo paga sólo alcanza para sueldos elevados, no para invertir en su desarrollo. ¿Sabemos cuánto se recauda cada mes y dónde se destina?”, cuestionó