Ante la llegada de la marcha de Evo Morales llega a la Plaza Murillo con Fuerte resguardo policial

La plaza Murillo, centro neurálgico del poder político en Bolivia, se encuentra bajo un estricto resguardo policial mientras avanza la marcha liderada por el expresidente Evo Morales. Tras siete días de movilización desde Caracollo, la manifestación llegó a la sede de Gobierno, donde la Policía ha implementado medidas para prevenir cualquier alteración del orden público.

El comandante departamental de la Policía, Edgar Cortez, aseguró que se han tomado todas las precauciones necesarias. “Estamos en estado de alerta para evitar cualquier tipo de confrontación”, declaró, enfatizando la importancia de mantener la seguridad en la zona. A su vez, el dirigente campesino del ala arcista, Lucio Quispe, expresó que su grupo está allí para “resguardar” la Casa Grande del Pueblo y proteger la Constitución.

Barreras de seguridad y control de acceso en un ambiente tenso

En los accesos a la plaza, se han instalado barreras de metal y los agentes exigen credenciales a quienes intentan ingresar. Los rigurosos controles han generado largas filas de funcionarios que esperan ser verificados antes de acceder a las instalaciones gubernamentales. La seguridad se ha intensificado, limitando el ingreso únicamente a autoridades vinculadas al gobierno de Luis Arce.

Mientras tanto, la movilización del bloque evista del Movimiento Al Socialismo (MAS) sigue su curso hacia La Paz. En El Alto, los líderes de la marcha han anunciado un cabildo previo a ingresar al centro de la ciudad, lo que podría aumentar la tensión en el área.

Con el ambiente cargado y la posibilidad de enfrentamientos, ambas partes se preparan para lo que podría ser un día decisivo en la política boliviana. La marcha, que Morales denomina como “para salvar Bolivia”, ha estado marcada por incidentes violentos, lo que añade una capa de complejidad a la situación actual.

La jornada de hoy es crucial no solo para los movilizados, sino también para el gobierno, que busca asegurar la estabilidad en un contexto de creciente polarización. La respuesta de las autoridades y la acción de los manifestantes podrían definir el rumbo político del país en los próximos días.

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