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Gestión de finanzas públicas en Bolivia

Miguel Clares

Bolivia ha experimentado un notable cambio en la administración de sus finanzas públicas desde la asunción del presidente Luis Alberto Arce Catacora. El gobierno actual ha mostrado un compromiso incansable en corregir gradualmente el déficit fiscal heredado del gobierno de facto de Jeanine Añez, que alcanzó un alarmante 12,7% del PIB. A través de medidas prudentes y una gestión eficiente del gasto, el país ha logrado avances significativos en la recuperación económica, generando crecimiento, empleo y estabilidad financiera.

Es así que, el actual gobierno ha trabajado en el marco de la austeridad del gasto, garantizando una administración responsable de los recursos públicos. Esto ha permitido corregir gradualmente el déficit fiscal, sin descuidar el impulso a la inversión pública, que ha sido y sigue siendo una variable clave para el crecimiento económico.

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En ese sentido, se ha logrado una reducción significativa del déficit fiscal. Para 2021, el déficit se situó en un 9,3% del PIB, mientras que en 2022 se redujo aún más, llegando a un 7,1% del PIB. Estos resultados demuestran el compromiso del gobierno en corregir gradualmente la situación heredada, superando incluso las expectativas del Programa Fiscal-Financiero (PFF) 2022 donde se estimaba un déficit de 8,5% del PIB.

La administración responsable de las finanzas públicas ha permitido un incremento en los ingresos tributarios de Bolivia. En 2022, las recaudaciones tributarias alcanzaron cerca de los Bs60.000 millones, mostrando un crecimiento del 20% en comparación con el año anterior. Este aumento refleja el buen desempeño de la actividad económica y el cumplimiento de las obligaciones tributarias.

Actualmente, a abril de 2023, el resultado fiscal global del Sector Público No Financiero (SPNF) muestra un superávit del 0,3% del PIB. Además, se ha logrado un superávit fiscal corriente del 1,6% del PIB, lo que indica que el Estado cuenta con ingresos suficientes para cubrir sus gastos operativos.

En un contexto internacional desfavorable, donde los precios se incrementan constantemente, Bolivia ha demostrado un sólido desempeño macroeconómico y una administración saludable de las finanzas públicas. El Estado ha asumido un rol fuerte para evitar que el peso de la crisis recaiga sobre los hogares y las empresas, en contraste con los desafíos que enfrentan los países vecinos.

Además, es importante destacar que los resultados positivos obtenidos actualmente en la administración de las finanzas públicas de Bolivia son reflejo del acertado enfoque del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP). Este modelo ha permitido generar un crecimiento económico sostenido con justicia social, gracias a una adecuada administración de los recursos del país.

Como señalaba el renombrado economista R. Musgrave, el Estado cumple con tres funciones fundamentales: la asignación, la distribución y la estabilización. En este sentido, el gobierno actual ha demostrado su capacidad para asignar eficientemente los recursos disponibles, garantizando que lleguen a los sectores más necesitados y promoviendo la equidad en la distribución de la riqueza.

Asimismo, ha desempeñado un papel activo en la estabilización económica, implementando políticas fiscales prudentes que han contribuido a mantener la solidez económica del país y proteger la economía de los vaivenes de la economía global. En conjunto, estas funciones cumplidas por el Estado han dado como resultado una gestión favorable para el conjunto de la población boliviana, promoviendo el bienestar y la justicia social.

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