
S&P baja la calificación de Bolivia y advierte riesgo en la capacidad de pago de deuda
La empresa de servicios financieros Standard & Poor‘s (S&P) bajó la calificación del país de ‘CCC+’ a ‘CCC-‘, advirtiendo que las disputas políticas limitarán la capacidad del Gobierno de abordar los desequilibrios económicos y que la capacidad del país para pagar su deuda externa se verá afectada por los elevados pagos de ese servicio a partir de 2026 y el acceso limitado a los mercados de bonos externos.
Según el reporte, “las disputas políticas en medio de las próximas elecciones limitarán la capacidad del gobierno para abordar los desequilibrios macroeconómicos, como una brecha cada vez mayor en el tipo de cambio paralelo y el aumento de la inflación”.
El informe recomienda asumir políticas decisivas que mejoren la liquidez externa de Bolivia y apunten a un perfil fiscal más sostenible. “Abordar el deterioro de los desequilibrios macroeconómicos sería un primer paso para mejorar la confianza de los inversionistas y obtener un mejor acceso a los mercados de deuda externa”, señala.
Asimismo, advierte que el aumento del servicio de la deuda, sumado a un contexto de estancamiento político y restricciones para acceder a los mercados internacionales, limita gravemente la capacidad del país para revertir la erosión de su liquidez externa y su frágil posición fiscal. “Esto plantea riesgos concretos para la estabilidad económica y monetaria”, señala el documento.
A este panorama se suma un complejo escenario interno: la creciente brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, la escasez de dólares, una inflación que empieza a tomar fuerza y el impacto de disputas políticas que, según S&P, “limitarán la capacidad del gobierno para abordar los desequilibrios macroeconómicos”.
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En abril, Moody’s Ratings anunció también la rebaja de la calificación de emisor y deuda del gobierno de Bolivia de Caa3 a Ca. Esta decisión responde a lo que la agencia califica como “una gobernanza muy débil” que elevó el riesgo de una crisis de balanza de pagos y de un posible default.
El Gobierno rechazó los informes de Mood’ys argumentando que la medida “no refleja de forma precisa la realidad económica y financiera de Bolivia, en un contexto internacional adverso y de profundas transformaciones”, según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Sin embargo, posteriormente, el presidente Luis Arce anunció que Bolivia está en riesgo de incurrir en un incumplimiento del pago de su deuda externa si no consigue nuevo financiamiento. «Estamos procurando no entrar en ‘default’. Tenemos toda la intención de pagar nuestra deuda, ¿pero si no tenemos los recursos?», señaló el mandatario en una entrevista con AFP.