
Crisis económica y elecciones generales en Bolivia
Actualmente Bolivia enfrenta una crisis económica, el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) se cae por la ausencia de dólares. El Estado sufre por la escases de la moneda estadounidense y tiene dificultades para comprar combustibles del exterior. Los importadores también enfrentan ese problema y los precios de los productos en los mercados casi se duplican, hay carestía de alimentos, descontento e incertidumbre en el país. Desde el gobierno ven como la única salida a la crisis, recurrir a los créditos internacionales. Según, el Banco Central de Bolivia, hasta junio de 2024, el país tenía una deuda externa de 13.364,9 millones de dólares.
Bolivia ya no es un país exportador de gas, como en los tiempos de Evo Morales, tampoco está pudiendo explotar el litio y amortiguar la crisis económica. En ese contexto se vienen las elecciones generales el próximo mes de agosto, por tanto, cabe preguntarse: ¿Qué proyectos político-económicos se debaten frente a la crisis económica? ¿Qué actores o líderes políticos pueden capitalizar esta crisis a su favor? Estas y otras cuestiones ameritan ser debatidas en esta coyuntura política-económica.
La política boliviana continúa cabalgando en la dicotomía de izquierda y derecha. En la economía, tenemos una economía mixta, es decir, la del mercado y del Estado conviven, no obstante, desde los actores políticos del Movimiento Al Socialismo (MAS) se decía que vivimos en un periodo post neoliberal. Pero la realidad muestra que la economía del mercado es más que la regulación del Estado, claro ejemplo es el mercado paralelo de la venta de dólares en la actual crisis. En ese escenario, los “dueños” de los partidos políticos y sus séquitos se mueven buscando adherentes y votos para apropiarse del control político del Estado.
Ahora bien, ¿qué proponen los pre candidatos a las elecciones generales para salir de la crisis económica? A diario observamos a los actores políticos como Jorge Tuto Quiroga Ramírez, Samuel Doria Medina, Manfred Reyes Villa, Chi Hyun Chung, Evo Morales y otros en diferentes lugares “regalando sonrisas” a la gente. Aunque, Evo Morales se encuentra confinado en Chapare, enfrentando procesos legales por presuntos delitos de estupro y trata y tráfico de personas.
Todos los precandidatos dicen ser “salvadores” de Bolivia, pero ninguno hasta ahora ha propuesto un proyecto político-económico serio para superar la crisis económica. No es suficiente decir 100 días para resolver el problema económico o cerrar las empresas estatales deficitarias y recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) como proponen algunos. Tampoco será fácil levantar la subvención a los combustibles, porque eso generaría más crisis y empobrecimiento de los sectores populares. Por ahora, los actores políticos naufragan en un laberinto sin luces para salir de la crisis económica. Entonces, las elecciones generales no son la solución inmediata, aunque el nuevo presidente va estar obligado a tomar medidas de ajuste en la economía.
Asimismo, el escenario político es diferentes a las pasadas elecciones generales donde el MAS ganaba cómodamente con la mayoría. La crisis económica es una señal de debilidad y decadencia de la izquierda que no pudo garantizar una solvencia más allá de la economía del gas en Bolivia. Los discursos de “vivir bien” ya no condicen con la actual coyuntura política-económica, esto muestra la debacle del partido en función del gobierno. Además, el MAS para estas elecciones se presentará fragmentado entre Arcistas, Evistas y seguidores de Andrónico Rodríguez, aunque este último podría ser el candidato de salvación para la clase política del MAS.
Por otra parte, coyuntura política aparece como favorable para la derecha. Pero sus actores políticos no son capaces unirse y leer el panorama político, económico, social y cultural de Bolivia del siglo XXI, pues no logran cohesionar a los sectores populares, ni pueden llegar fácilmente a las áreas rurales del país. Tampoco generan propuestas distintas al neoliberalismo y de antemano muestran su intención de sumisión a Estados Unidos, hecho que no cuaja en la mentalidad de muchos electores en Bolivia.
En consecuencia, Bolivia necesita de líderes políticos que tengan empatía con el pueblo y sean capaces de proponer salidas estructurales a la crisis económica y no meras promesas electorales. El próximo gobierno tendría que pensar seriamente invertir en proyectos productivos que garantice la estabilidad económica del país.