
Lo mestizo como forma neocolonial
Blanqueamiento de los indígenas
A Einstein le preguntaron si creía en Dios y él respondió: «Creo en el dios de Spinoza». Este dios, es el mismo de los pueblos precolombinos de Abya Yala (Amerindia). Pero hoy, el 99% de los llamados indígenas ya no creen en ese dios, creen en el “Señor blanco”.
Einstein, que era un hombre europeo, creía en el dios de los indígenas de Abya Yala, que era el mismo para los pueblos animistas de todo el planeta, antes de que surgieran las religiones, especialmente las monoteístas. Lo cual marcó dos etapas en la historia mundial en la relación o comprensión de lo sagrado: la espiritual y, posteriormente, la religiosa, esta última que surgió en diferencia y en cuestionamiento a las espiritualidades animistas o chamánicas.
La etapa espiritual de toda la humanidad es la comprensión de la divinidad en todo lo existente o manifiesto, llamado cosmos, universo, vida, existencia. Divinidad en el sentido de que da vida o que es una fuerza vital, esto es, la expresión de una vida inteligente, consciente, integral. Y, a eso le llamamos sagrado o espiritual.
La época religiosa es la visión de un dios sobrenatural creador de todo lo existente, con forma humana, pero no de mujer sino de varón; y con fenotipo blanco, es decir, un varón que no era negro o moreno o de los otros fenotipos humanos que existen en todo el planeta.
Y en oposición a todo esto, el ateísmo. Habiendo básicamente tres concepciones: la espiritual, la religiosa y la atea. En realidad, religión y ateísmo son los dos lados de la misma moneda. Por tanto, no es lo mismo religión que espiritualidad.
Actualmente, los indígenas de Abya Yala creen en ese “Dios blanco” en el más allá, y en las iglesias que les fueron impuestas con la cruz y la espada a sus abuelos. Y de la misma manera, comulgan con las ideologías eurocéntricas de derecha o izquierda, reconocen a los estados-nación y se consideran ecuatorianos, peruanos, mexicanos, etc. Validan a la democracia y a la justicia que vienen de los romanos. Y así sucesivamente.
Es decir, han aceptado y convalidado a todo el sistema que les fuera instituido en estos 500 años. Y ahora más bien, buscan y hasta luchan por introducirse cada vez más y ganar un espacio mayor en este modelo de vida, lo que ha dado surgimiento a “una burguesía indígena”. Si sus ancestros resistieron la imposición, los actuales la quieren asimilar al máximo y convertirse en más papistas que el Papa. Como pasa con los intelectuales latinoamericanos, que saben más de Europa que los propios europeos.
Ya casi nadie de ellos reivindica a las naciones precolombinas con sus propias formas de organización, es decir, las milenarias instituciones construidas por sus antepasados, los ordenamientos territoriales delimitados en miles de años, las formas de elección y de dirección construidas históricamente por sus ancestros, las filosofías y ciencias delineadas por sus ascendientes, etc., etc.
Para ellos, eso es pasado y hay que olvidarlo. Lo consideran algo obsoleto y hasta lo ven como atrasado y salvaje. Se convencieron de la historia oficial, es decir, validan la historia contada por los invasores, mientras que hay otros que la cuestionan e intentan reescribirla, incluso, por algunos llamados blancos.
Vivimos tiempos de ironía y paradoja. Mientras en Occidente hay algunos que aprenden o se interesan por las filosofías indígenas, las espiritualidades chamánicas, las medicinas milenarias, las formas de producción agroecológica, etc. Los indígenas de Abya Yala buscan las filosofías blancas y todos los conocimientos occidentales; como consecuencia, su cultura está en proceso de desaparición, tal como sus lenguas, que están en camino de extinción, pues ya no quieren hablar ni enseñarles a sus hijos. Y así con todos sus saberes milenarios.
Evidentemente, este es el resultado o la consecuencia de 500 años de dominación y alienación.
QUÉ ES SER INDÍGENA
Ser indígena no es un fenotipo o un color, lo indígena es una concepción cultural. Lo primero es racismo, que es como funciona el pensamiento eurocéntrico, y hoy todo el mundo interactúa a partir del fenotipo o el color de piel. Desde las concepciones culturales de Abya Yala, lo indígena es una forma de ser (ontología) y de existir (epistemología).
En ese sentido, después de 500 años, los actualmente denominados como indígenas por su fenotipo, en su mayoría, ya son occidentales o han asimilado el colonialismo en sus creencias y formas de vida, pues ahora funcionan desde esas categorías y principios, que los han aprendido en la escuela, la iglesia, la televisión, las redes sociales, etc.
El indígena de hace 60 años ya no existe, ese que todavía guardaba ciertos conocimientos milenarios y las formas de vida que continuaban o seguían con sus propias expresiones culturales. Casi han desaparecido completamente, quedando algunos elementos sobrevivientes, pero básicamente como folclor.
Los únicos indígenas que quedan cultural y genéticamente son los pueblos llamados “aislados” o “no contactados”. Es más, genéticamente en 500 años ya todos son “mestizos”, todos tienen genes blancos, unos más, otros menos. Lo que quiere decir que, al menos genéticamente, ya no existe lo indígena. Pero más determinante que lo genético, es que todos han sido atravesados culturalmente por lo occidental, partiendo de que todos hablan sus idiomas, habiendo un mínimo porcentaje que no lo habla.
Siendo esta otra causa para que vayan desapareciendo los idiomas indígenas, que en la práctica es lo último que todavía sobrevive, y cuando se extingan al paso que van, ahí desaparecerán completamente todas las culturas indígenas.
A menos que se haga algo para evitarlo.
Sin embargo, hay un pequeño despertar en ciertas personas y grupos que intentan conservar y proteger lo cultural de los denominados pueblos indígenas milenarios. Los más preocupados o interesados son unos pocos llamados mestizos, quienes practican las espiritualidades indígenas, reutilizan la agricultura orgánica, revalidan las medicinas milenarias, etc. Son poquísimos aquellos de fenotipo indígena que las continúan practicando.
Los autodenominados mestizos que valoran a lo indígena como cultura, conocimiento, sabiduría; todavía funcionan bajo las categorías occidentales de clasificación de las personas según el fenotipo, es decir, se consideran mestizos genética y culturalmente. Y eso también es necesario descolonizar, pues hoy marca lo físico en todo y no permite asimilar más profundamente lo indígena como un ser integral y pleno.
En Europa y EEUU, ahora hay individuos que comienzan a tener una mirada cultural indígena y buscan vivir como tales, practicando bioconstrucción, permacultura, agroecología, medicina chamánica, y otras formas que provienen de lo indígena. Y al contrario, los llamados indígenas quieren desprenderse de todo ello, sus casas son de cemento, meten agroquímicos a los productos, se curan con productos farmacéuticos, etc.
Entonces, desde una mirada abyayalense sobre lo indígena, que repetimos, no es un fenotipo sino una forma de entender y de vivir la realidad, actualmente hay gente que puede tener el fenotipo blanco, pero que su pensamiento es indígena. Y viceversa.
La América Latina casi ya se ha impuesto totalmente sobre Abya Yala, por lo que hoy prácticamente todos son latinos culturalmente hablando. La diferencia entre los latinoamericanos actuales es solo su color de piel, pues a la final todos comparten la misma cultura occidental, unos más, otros menos, es el único contraste.
Todo esto demanda con urgencia una gran y amplia indigenización para evitar la desaparición de lo indígena en su esencia cultural. Es de vida o muerte. Es imprescindible convocar a todos a fomentar las filosofías indígenas, especialmente a quienes tienen el llamado fenotipo indígena, pues las están perdiendo rápidamente, como ha pasado en especial en estos últimos 20 años.
Si no hay una descolonización al interior del llamado todavía mundo indígena, es decir, si no continúan funcionando por las onto-epistemes indígenas milenarias, se convierten inconscientemente en neo y recolonizadores, tal como están actuando hoy en día. Es decir, serán los que entierren a las culturas indígenas o los que terminen la colonización iniciada por las monarquías europeas hace 500 años.
¿EXISTE LA CULTURA MESTIZA?
Algunos cronistas de los primeros años de la invasión hablan de los “indios blancos”, es decir, que se encontraron con gente de fenotipo blanco, pero que vivían y proclamaban las creencias milenarias de los pueblos de Abya Yala. Algo que debió ser relativamente fácil la integración, pues las filosofías de Abya Yala y de la Europa Céltica (por ejemplo), eran muy similares.
Estos “hombres blancos” ya habían llegado mucho antes que Colón. Pedro Pizarro narra que se encontraron con “Inkas blancos”. Lo que les dejó perplejos. Hoy existen muchos vestigios de la presencia de los llamados blancos, negros, amarillos (asiáticos), etc., en toda la Abya Yala precolombina.
Puesto que en esa época todavía no había racismo, pues recién surgió este concepto con la invasión de Abya Yala, ningún pueblo originario les rechazó porque tenían un color o fenotipo diferente. Ni los llamados blancos, dijeron: «Como yo tengo otro color de piel, entonces no soy indígena y yo no me integro a su cultura». Tal como funcionan hoy, pues anteponen el fenotipo a cualquier cosa.
Y lo mismo sucede con los llamados mestizos, que originalmente son una mezcla de blancos europeos con indígenas de Abya Yala, pero en el fondo se inscriben y asimilan lo blanco, pues desprecian lo indígena. Incluso, prefieren denominarse blanco-mestizos, y tienen complejo o vergüenza de su ascendencia indígena, con ligeras excepciones.
El concepto de mestizo y de cultura mestiza es otra categoría racista y eurocéntrica. Noción que actualmente todos repiten. Genéticamente puede haber una mezcla, pues a la final todos somos parte de la raza humana, habiendo 1 sola y no varias razas, tal como se concibe desde el eurocentrismo. Culturalmente no es posible, a menos que sean culturas similares, como las culturas de Abya Yala y las culturas indígenas de Europa.
Pero entre la cultura abyayalense y la cultura occidental es imposible, pues parten de ontologías y epistemes totalmente diferentes. Es como querer unir el agua con el aceite, siendo por ello que no se han unido o mezclado en 500 años. Lo que se ha producido, es la absorción y cooptación de los pueblos originarios a la cultura occidental, y no una mezcla como sostiene la intelectualidad eurocentrada.
Tal como sucedió con los europeos hace 2.000 años, pues lo que hoy llamamos occidental en realidad, es mesopotámico o tiene su origen en esa región. De hecho, los mismos europeos dicen que la cuna de la cultura occidental está en Mesopotamia, concretamente en los sumerios.
Aunque últimamente, la ultraderecha anda diciendo que el origen es griego. Pero sabemos que los griegos fueron invadidos por los babilonios y los persas. Es más, Tales de Mileto dice que se formó en Babilonia, y Platón reivindica al antiguo Egipto como su escuela.
Los griegos clásicos, lo único que hicieron fue sistematizar lo que se había desarrollado desde los sumerios hasta ellos, esto es, en toda esa región que actualmente se la llama la Media Luna Mediterránea.
Lo helénico se inicia con Alejandro Magno y es la etapa de absorción de elementos de las culturas del Asia Menor y de Egipto. Es decir, es la fusión de la lengua y costumbres griegas con las culturas (también llamadas) del Cercano y Mediano Oriente. Y posteriormente, los romanos incorporaron al helenismo, el cristianismo semita para configurar el cristianismo romano tal como lo conocemos ahora. Todo lo cual, dando mayor estructura a lo que hoy llamamos civilización occidental.
Toda esta cultura desciende desde la figura de Abraham, quien fue mesopotámico, y de ahí surgieron las religiones monoteístas, como ideologías político-religiosas que emergían para someter a sus pueblos con estas nuevas creencias. Siendo estas concepciones que les impusieron a los europeos a través de los romanos.
Como consecuencia, en un período de 1500 años extinguieron a las culturas europeas originarias o indígenas, y hoy solo sobreviven ciertos elementos, como por ejemplo la lengua euskera en Euskadi (País Vasco en España).
Y eso es lo que está pasando actualmente con todo el planeta, en el que los europeos dominados y colonizados por las ontologías y epistemes mesopotámicas están procediendo a mesopotamizar todo el planeta. Y ahora, Netanyahu y todos los sionistas, utilizando a Trump y otros, pretenden imponer la parte judía griega que proviene de unos de los descendientes del profeta Abraham.
Abya Yala ha vivido y está viviendo lo mismo, solo que con la tecnología actual es más rápido. Entonces, no se ha producido un mestizaje, sino que las culturas indígenas están en proceso de extinción, tal como se apagaron las culturas indígenas de Europa.
Lo que se llama occidental no tiene nada de europeo, sino que es proveniente del Asia occidental. Los europeos también deben hacer su descolonización, y los que están reivindicando actualmente lo celta están dando los primeros pasos.
En este sentido, el concepto de cultura mestiza es la moderna forma de colonización, para que los indígenas, por sí mismos, terminen con sus culturas milenarias y, a pretexto de integración al desarrollo, vayan asimilando lo occidental.
De hecho, muchos se mestizan, se cortan el pelo, se quitan el poncho, etc., y ya se llaman mestizos. Es el concepto que ahora las derechas e izquierdas están posicionando para acabar con el mundo indígena y todas sus categorías, y se vuelvan liberales o marxistas.
Los proyectos de alfabetización, escolarización, evangelización, desarrollo, progreso, crecimiento, etc., fueron y son las formas de colonización contemporánea. Irónicamente, los que ahora más empujan la desaparición de las culturas indígenas son los mismos autollamados indígenas, que son los que buscan más educación occidental o científica, las ideas de progreso y los proyectos de integración a los beneficios del Estado y de la modernidad.
Hoy existen indígenas de derecha e izquierda, capitalistas y socialistas, que son los que se están encargando de ello. Evo Morales es el gran neocolonizador de este tiempo, con su proyecto intercultural y plurinacional que ha fracasado en Bolivia.
La mayoría de los llamados indígenas, especialmente los jóvenes, están inconscientemente dando el golpe final al proceso de colonización iniciado por las monarquías europeas, bajo el pretexto o argumento de liberación o revolución o identidad. Solo quieren conservar ciertas vestimentas y adornos, nada más. Se casan o contraen matrimonio por lo católico, siendo el ejemplo más contundente. En eso está quedando lo indígena. Es decir, folclorismo puro y duro.
Casi nadie de los llamados indígenas de Abya Yala se plantean reivindicar o continuar con el sistema comunitario de miles de años de experiencia, que fuera construido por sus antepasados. Los zapatistas y algunas comunidades en México lo están intentando. Pero en el caso de Sudamérica está casi desapercibida esta posibilidad.
Los llamados indígenas de los pueblos andinos no se plantean cumplir con el Pachakutik, tarea que dejaron sus abuelos hace 500 años cuando supieron que llegaba el invasor. Misión, en especial, para la actual generación que debe proceder a hacer efectivo el nuevo mundo.
Y ese cometido es el de continuar con las ontologías y epistemes construidas milenaria y colectivamente por los pueblos andinos. Esto es, de seguir tejiendo lo que ellos empezaron hace más de 10.000 años de existencia en estas tierras.
Esto significa, en el caso de los Andes, el de restablecer o de restituir el Tawantinsuyu. Algo que todavía es posible, ahí están delimitadas o conocidas cuáles eran las llaktas (unión de familias), ayllus (unión de comunidades), markas (unión por territorios), y suyus (unión por regiones geográficas) en todo el territorio andino.
Sistema de organización en red, tal como las computadoras actuales. Con sus propias formas de elección y con sus tipos de autoridades. Su sistema de instituciones de organización y producción, llamados el ayni, la mita, la minka (minga), etc. Y todo el sistema administrativo y jurídico que ello conlleva.
Sistema que generó mucha riqueza, y que los monárquicos se la fueron llevando a Europa y con ello producir su “renacimiento”. Si Abya Yala hubiera sido pobre, Europa no habría tenido los recursos para salir de 1.500 años de pobreza impuesta por las concepciones monoteístas.
COROLARIO
Todo esto implica terminar con las modas, aventuras, utopías, que vienen principalmente de la izquierda mesiánica y prebendalista. Es tiempo de regresar a la naturaleza, esto es, a la visión sagrada de la vida. Somos espíritus eternos viviendo una experiencia humana.
Esto quiere decir, concebirnos como hijos de la madre tierra y el padre sol, que son conceptos fundamentales, por las implicaciones que ello conlleva. Y no los hijos de un Señor blanco en el más allá, como ahora creen todos los indígenas, mestizos y blancos. La principal descolonización es la religiosa, la que abre a una descolonización cultural, política, económica, etc.
Lo importante en este momento, es que ya existen indígenas culturalmente de muchos fenotipos, como el arcoíris. Cumpliéndose la profecía de los abuelos, de que regresarían en múltiples colores. Los caminantes del arcoíris ya han regresado y se van a ir despertando cada vez más.
El cambio climático lo va a acelerar, es decir, la madre tierra y el padre sol, van a revolucionar (pachakutik) todo, e indefectiblemente regresaremos a una visión indígena o vitalista, y de esta manera daremos surgimiento a otro mundo y otra humanidad.