
La ANH y su complicidad con el delito y la ilegalidad
“Está prohibido vender combustibles en bidones”, repiten y rezan intransigentemente los términos de una instrucción emitida por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) para todo el país, y que lamentablemente repiten mecánica e irreflexivamente los desconcertados empleados de gasolineras que, a modo de justificarse, sólo atinan a expresar su miedo y la humillante como abusiva amenaza de perder su trabajo que la ANH se ha encargado de conminarles. No hay lugar a razones ni argumentos (!!).
Se trata de una “orden” aparentemente plausible destinada a evitar el desvío de combustibles para actividades (o motorizados) ilegales y la especulación, que se nutren de la acumulación para la reventa a precios exorbitantes.
Nadie que no compruebe el absurdo que implica tal medida podría estar en su contra; habida cuenta que todos preferimos librarnos del agudo desabastecimiento que se ha convertido en un asunto cotidiano y común, junto a las interminables y constantes colas que estamos sufriendo para abastecernos.
Sin embargo, la instrucción emitida NO sólo constituye una orden que NO contempla el más elemental sentido común y racionalidad, sino que por contraste viene a ser una verdadera demostración de la complicidad con el delito y la ilegalidad que la ANH y sus ingeniosos personeros cometen sin avergonzarse. Veamos por qué:
- Se arguye la total prohibición de vender en bidones (que por definición se trata de recipientes de reducida capacidad, NO equiparable a turriles o tanques de centenas de litros); pero NO se prohíbe y mucho menos controla la venta libre, indiscriminada y sin límite de cantidad que se debería ejercer sobre decenas de miles de vehículos chutos que no tienen ni placa de identificación y/o rosetas de la ANH, que no sólo circulan ilegalmente, sino que pueden cargar combustibles irrestrictamente (¡).
- Se prohíbe vender a bidones, con el argumento de evitar su acumulación con fines especulativos y de acopio ilegal. Pero NO se controla en absoluto su libre venta para fines ilegales y destructivos de la vida y la naturaleza, como sucede en las regiones y las actividades mineras ilegales o el narcotráfico, y cuyas cantidades no son precisamente menores.
- Se prohíbe la venta de combustibles en bidones a particulares que se identifican y demandan cantidades reducidas de combustible (sea para actividades productivas y de trabajo, o sencillamente para asegurarse de llegar a destino en un viaje porque la cantidad disponible de combustible en un tanque vehicular no abastece y no existe la garantía de conseguirlo en estaciones intermedias porque la ANH no cumple con su obligación de garantizar su abastecimiento en todo el territorio nacional en todo momento); pero NO se toman las mismas previsiones, ni realizan los mismos esfuerzos, para controlar y evitar la ingente cantidad de combustible que sale por contrabando, siendo que ésta y las otras actividades ilegales (narcotráfico y minería ilegal) están en su pleno auge en el país.
Estos hechos son irrefutables y cotidianamente comprobables a mera observación. La ANH no sólo se burla del sentido común de la gente y amenaza con instrucciones sin la menor razonabilidad; sino que detrás de ello oculta su total permisividad y favorecimiento a lo ilegal y delictual que sí es la que verdaderamente se ríe ante las absurdas ocurrencias de la ANH.
(*) Sociólogo, boliviano. Cochabamba Febrero de 2025.