Intensas lluvias agravan la situación en Bajo Llojeta, La Paz, tras reciente mazamorra

La mañana de este miércoles, lluvias intensas en La Paz agravaron las condiciones en Bajo Llojeta, zona recientemente afectada por una mazamorra que dejó a 40 viviendas dañadas y provocó la trágica muerte de una niña de cinco años el pasado sábado. Las precipitaciones inundaron vías y arrastraron escombros, generando preocupación entre los vecinos y forzando la suspensión temporal de los trabajos de emergencia en el área.

  • Daños y víctimas: El desastre impactó gravemente en los barrios de Santa Cecilia y El Prado. Más de 30 personas se encuentran refugiadas en el albergue Illimani, tras perder sus hogares y pertenencias. Las casas afectadas están llenas de lodo, y muchas de las pertenencias de los afectados son irrecuperables.
  • Evacuaciones ordenadas: Autoridades municipales notificaron a 31 viviendas sobre la necesidad de evacuación debido al riesgo de nuevos deslizamientos. Sin embargo, algunos vecinos se resisten, alegando no tener otro lugar a dónde ir. «Es lo único que puedo dejar a mis hijos», declaró una mujer.

La Alcaldía de La Paz atribuyó la mazamorra a movimientos de tierra en la zona del cementerio Los Andes. Por su parte, la empresa responsable del camposanto señala que el problema se originó por la intensa lluvia y el taponamiento del embovedado del río Pasajahuira, debido a una supuesta falta de limpieza.

Mientras tanto, la Fiscalía ha iniciado una investigación de oficio para determinar responsabilidades.

Gonzalo Barrientos, director de Gobernabilidad de la Alcaldía, afirmó que los desalojos son esenciales para prevenir nuevas tragedias, aunque aseguró que continuarán dialogando con los vecinos para buscar consensos. Además, técnicos municipales inspeccionan las viviendas dañadas para evaluar su estabilidad.

El pronóstico de más lluvias mantiene en vilo a los vecinos de Bajo Llojeta, quienes temen que nuevos deslizamientos agraven aún más la situación. La resistencia de algunos habitantes a evacuar y la lentitud en las labores de limpieza y estabilización del terreno complican los esfuerzos de recuperación.

Esta situación pone de manifiesto la urgencia de medidas preventivas y una coordinación más efectiva entre las autoridades y la comunidad para evitar futuras catástrofes.

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