Aprehensión de dirigente campesino Humberto Claros genera tensión entre el gobierno y grupos evistas
La detención se produce en medio de denuncias de abuso de poder y conflictos sociales en apoyo a Evo Morales
La tarde de este miércoles, el dirigente campesino Humberto Claros fue aprehendido en Quillacollo, Cochabamba, en circunstancias que han generado alarma entre sectores afines al expresidente Evo Morales. La captura fue confirmada tanto por líderes de grupos evistas como por el propio Morales, quien aseguró en sus redes sociales que Claros fue “injustamente privado de su libertad” debido a su liderazgo en recientes movilizaciones en protesta contra la situación económica y en defensa de la democracia.
Testigos de la detención relataron que Claros fue interceptado cerca de la plaza Bolívar de Quillacollo por personas de civil, quienes lo introdujeron a un vehículo con vidrios polarizados y sin placas, en lo que consideran un operativo “irregular” y “clandestino”. Nelson Cox, abogado y aliado de los movimientos sociales, calificó el arresto como una acción de un “gobierno traidor” y denunció que Claros sería trasladado a La Paz, donde enfrentaría acusaciones formales.
La aprehensión se da en el contexto de bloqueos que los grupos evistas, en respaldo de Morales, llevaron a cabo durante 24 días, agravando la situación económica del país. Estas protestas incluyeron el uso de dinamitas y enfrentamientos con la Policía, resultando en más de 20 heridos, según informes. Las medidas fueron en apoyo al exmandatario, quien busca ser reconocido como candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) para las elecciones de 2025, a pesar de los procesos legales en su contra por trata y tráfico de personas.
Además, la detención de Claros ocurre en medio de una denuncia presentada por el rector de la Universidad Gabriel René Moreno, Vicente Cuéllar, en Santa Cruz. La acusación, dirigida contra Morales y otros dirigentes evistas, ha sido ampliada para incluir cargos de terrorismo debido a los bloqueos y la violencia registrada en los enfrentamientos con las fuerzas del orden.
La tensión entre el gobierno y los movimientos evistas parece escalar con este nuevo episodio. Los seguidores de Morales advirtieron que responsabilizarán directamente al gobierno central por la seguridad de Claros y condenaron lo que consideran una “persecución política” en un momento de creciente inestabilidad social en Bolivia.