Holocausto
Cada 27 de enero se conmemora el día internacional de memoria del holocausto. En esta fecha de 1945, el ejército rojo liberó a Auschwitz (Polonia), el mayor campo de exterminio con gases que haya conocido la humanidad. A 60 años de tal acontecimiento, la ONU instruyó a que en todo el mundo se recuerde esa matanza sin precedentes.
Antes se han dado otros holocaustos. Alemania hizo uno contra los nativos de Namibia al iniciarse el siglo XX y durante la I Guerra Mundial (1914-18), los armenios fueron masacrados y expulsados de Turquía (muriendo 1,5 millones de ellos). Los latinoamericanos somos herederos de otros 2 holocaustos que causaron aún más fatalidades: la del de la conquista europea (que exterminó al 95% de los 100 millones de nativos americanos) y el de la trata de esclavos negros (que condujo a que decenas de millones de africanos mueran al ser cazados, aprisionados, transportados como sardinas en barcos o al no soportar el pésimo trato laboral).
Lo que diferencia al holocausto nazi de todos los anteriores o posteriores (como el de Ruanda a fines del siglo XX) fue su naturaleza altamente industrial y planificada.
Desde que Hitler tomó el poder en Berlín (1933), él ordenó perseguir y maltratar a todos aquellos que no entraban dentro de su prototipo de la persona de pura raza aria. El principal blanco de los ataques eran los judíos, a quien los nazis calumniaban como ser los impulsores del socialismo y del comunismo.
La “solución final” empezó a darse cuando, en 1941, Hitler rompe su alianza con Stalin (con la que ambos inicien la II Guerra Mundial al repartirse Polonia) y se lanza a conquistar la URSS. Apenas sus tropas entraron a la Lituania soviética, estas se dedicaron a fusilar judíos contando con el apoyo de varios lugareños a quienes luego premiaban repartiendo las propiedades de los asesinados. Tras haber ido aniquilando a un millón de ellos con dicho método, Hitler optó por uno más eficaz.
El plan piloto fue un horno crematorio al que mandaban a los discapacitados. Con esa experiencia pasaron a construir muchos de ellos donde se aniquilaron a más de 6 millones de judíos, gitanos, negros, izquierdistas, sindicalistas, testigos de Jehová y otros «indeseables».