Árbol de Navidad en Palestina  

Mensaje Navideño

Javier Claure C.


Árbol de Navidad en Palestina

 

El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress

                                          “Yo moriré pero volveré y seré millones”
                                           Túpac Katari, líder indígena descuartizado por los españoles en La Paz (Bolivia) en 1871.

 

En esta mágica temporada navideña, en donde el mundo está inmerso en dos guerras, laten los corazones al compás de la esperanza y la tristeza.

La alegría de la Navidad reside en la sonrisa de los niños al abrir sus regalos, en los villancicos, en la llegada del Papá Noel de barba blanca cargando un saco lleno de regalos; y en la calidez que ilumina los hogares y los corazones. La Navidad no es solamente un momento para celebrar una fiesta, intercambiar regalos, cosas materiales; sino también es una oportunidad para estar con nuestros seres queridos. Y recordar a los que ya no están entre nosotros. La Navidad es igualmente una ocasión para cultivar la empatía, la solidaridad y la compasión.

El genocidio del pueblo palestino hace que no exista un sentimiento pleno de felicidad. La Navidad en Palestina está marcada por la sonrisa, de los niños y de las niñas, metida en la muerte, por los edificios hechos escombros, por la soledad y el silencio que arropa en las noches, por las cañerías y cables de luz rotos en mil pedazos…

En resumidas cuentas: el Holocausto palestino fue creado por el terrorismo de la maldita serpiente de cinco cabezas, y por el terrorismo de Occidente contra un pueblo noble e indefenso.  Por eso mismo, muchas familias palestinas no están con sus seres queridos porque miles y miles de personas han sido abatidas por las balas del invasor. Y los niños, las mujeres y los hombres que han sobrevivido los cobardes ataques desde la satánica Tierra Santa; tienen el corazón sin sangre. De ahí, que la luz en los hogares palestinos, parece adquirir una tonalidad apagada, más parecida al parpadeo de una vela que se extingue lentamente. Y los cánticos navideños, en vez de ser alegres melodías, se transforman en ecos apagados que resuenan en la distancia, recordándonos la defunción, el hambre y el hostigamiento.

En Palestina, cada lágrima caída, como un pequeño río, es la manifestación de un duelo silencioso donde el alma acaricia la esencia de lo que fue.

En Palestina, cada voz es un grito desgarrador contra la muerte, contra las tierras usurpadas, contra el muro edificado con manos de gorilas, contra un ejército sediento de sangre, contra los brazos rotos a culatazos, contra los niños encarcelados, contra la libertad cuajada con tanques y aviones de guerra, contra las casas asaltadas por colonos, contra los atropellos a los derechos humanos, contra el absoluto control por mar, por aire y por tierra.

Mientras millones de niños, mujeres y hombres celebran la Navidad con un hermoso árbol navideño con luces intermitentes y multicolores. Mientras millones de seres humanos festejan la Navidad con abundante comida, regalos, vino, panetones, dulces, turrón, dátiles, pasas, nueces, arroz con leche etc; el pueblo palestino muere por las bombas caídas y marcadas con la estrella de David.

El pueblo palestino muere por falta de alimentos, por falta de agua, por falta de medicamentos, por falta de electricidad, por falta de su tierra, por falta de su mar, por falta de aire puro, por falta de autonomía…

Pero a pesar de que un manto negro ha envuelto a Palestina, el heroico pueblo de Yasser Arafat, emerge como un faro de resistencia para luchar contra la barbarie que amenaza con eliminar todo tipo de existencia. Y todos los que han muerto, en el nombre de Palestina, volverán y serán millones.

 

 

 

 

Javier Claure C.

Javier Claure Covarrubias nació en Oruro, capital folklórica de Bolivia. Es miembro del Pen-Club Internacional, de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE), de la Sociedad de Escritores Suecos, del Movimiento Poético Mundial (World Poetry Movement), del Liceo Poético de Benidorm (España), de la Asociación de Escritores de Madrid (AEM), de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) y miembro de número de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna, Capítulo España. Ejerce periodismo. Tiene poemas y artículos publicados en blogs, en periódicos y en revistas literarias a lo largo y ancho del mundo. Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa (Estocolmo, 1991).

Ha estudiado informática en la Universidad Real de Tecnología de Estocolmo (Kungliga Tekniska Högskolan) y en la Universidad de Uppsala (Suecia). También estudió matemáticas en la Universidad de Estocolmo, casa de estudios donde además obtuvo una Maestría en Pedagogía y una Licenciatura en Sociología.

Durante los últimos 15 años ha asistido al discurso del Premio Nobel de Literatura en el salón de la Academia Sueca. También ha asistido a las charlas del Premio Nobel de Literatura en la Biblioteca de Rinkeby, evento que se lleva a cabo, cada año, en colaboración con los alumnos del Colegio Askeby y Bredby. Ha escrito extensos artículos relacionados con el Premio Nobel de Literatura.

Ha participado en el Primer Festival Internacional de Poesía, Benidorm y Costa Blanca (España, 2016), en la cuarta edición de los Encuentros Internacionales de Poetas en Telciu (Rumanía, 2018), en el XVI Aniversario del Liceo Poético de Benidorm en Priego de Córdoba (España, 2019), en la lectura poética de la Asociación Cultural “La Empírica, Espacio de Arte y Creación” en Granada (España, 2019) y en el Primer Festival Internacional de Poesía Diverbium en Madrid (España, 2019).

Publicaciones: "Preámbulos y ausencias" (2004), "Con el fuego en la palabra" (2006), "Extraño oficio" (2010), "Réquiem por un mundo desfallecido" (2014), “De Escandinavia a los Andes” (2016) y ¿De qué espejo está hecha la vida? (2024).

Atrás