El socialista sociable
En la danza caótica de la política que impulsa el evismo, surgen figuras que se autodenominan socialistas, aunque sus acciones revelen una ignorancia tan profunda como el abismo económico que dejan a su paso. Los asambleístas evistas, como Reynaldo Ezequiel, ofrecen una interpretación del socialismo que se reduce a ser «sociable» y «buen tipo». Una respuesta tan vacía como la gestión económica que dicen velar cuando en realidad solo obedecen las órdenes de sabotaje económico de su verdugo Morales.
Este boicot económico, promovido por la coalición Evo-Mesa-Camacho, ha quedado plasmado en el rechazo al Presupuesto General del Estado Reformulado 2023, una decisión tardía que deja cicatrices económicas y nos recuerda que el evismo no busca el bienestar del país, sino alimentar los deseos enfermos de poder de Evo Morales. El daño está hecho, y la indiferencia del evismo ante el sufrimiento de la población es evidente.
En estos meses turbulentos, la diferencia entre un exmandatario obsesionado con su regreso al poder y un líder comprometido con el progreso es palpable. Mientras Morales siembra discordia y busca sabotear la economía con el respaldo de la coalición Evo-Mesa-Camacho, el actual Presidente Luis Arce prioriza la gestión gubernamental en beneficio del pueblo boliviano. En un mundo marcado por riesgos y tensiones geopolíticas, la estabilidad y el enfoque de Arce son un faro de esperanza para Bolivia.
Es importante resaltar que la economía mundial enfrenta desafíos, desde la volatilidad de precios hasta tensiones geopolíticas. Sin embargo, Bolivia se encuentra manteniendo un desempeño alentador gracias a políticas monetarias, cambiarias y fiscales efectivas. A pesar de los diversos intentos de sabotaje, el país muestra indicadores positivos, desafiando las predicciones pesimistas y demostrando que el compromiso con un modelo económico sostenible rinde frutos y más aún en tiempos de incertidumbre mundial.
Es fundamental que los asambleístas evistas reflexionen sobre su papel, dejen de obedecer a Morales y trabajen a favor del pueblo boliviano. Mientras el tirano alimenta sus ansias de poder, Bolivia avanza con un compromiso genuino por parte del Presidente Luis Arce. En medio de afirmaciones falsas sobre un posible default, la realidad es que Bolivia ha cumplido puntualmente con el servicio de la deuda pública, desmintiendo las falacias que intentan socavar la confianza en la economía del país.
El compromiso de Luis Arce con el pueblo boliviano, sus políticas sociales y su enfoque en la gestión económica, destacan como una luz en medio de la tormenta política. Mientras otros se sumergen en campañas prematuras, Arce demuestra que la verdadera política está en la acción, en la construcción de un país próspero y estable. En este contexto, su liderazgo pragmático no solo ilumina el presente, sino que también proyecta una sombra inspiradora hacia el futuro del país.