Nos encontramos en el mes de la Patria y con nueve meses de mandato del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Luis Alberto Arce Catacora, meses en los cuales existieron varias aseveraciones con respecto a las medidas económicas y sanitarias lanzadas por el act" />

La realidad política y económica de Bolivia

Miguel Clares

Nos encontramos en el mes de la Patria y con nueve meses de mandato del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Luis Alberto Arce Catacora, meses en los cuales existieron varias aseveraciones con respecto a las medidas económicas y sanitarias lanzadas por el actual gobierno, declaraciones erróneas en muchos casos, por lo que en mi calidad de analista económico me veo en la obligación de explicar un breve punteo de los resultados alcanzados de dichas medidas y la realidad económica del país.

Iniciemos con una explicación sobre el fuerte retroceso económico que el país experimentó durante 2020, el cual no fue ocasionado por la pandemia del COVID-19 como muchos analistas aseveran erróneamente, sino a las medidas desacertadas que fueron implementadas por el anterior gobierno, las cuales no solo desembocaron una crisis económica, sino también una crisis social, política, sanitaria y hasta educativa.

El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress

Medidas que no tenían razón de ser al tratarse de un gobierno aparentemente transitorio, el cual tenía la única tarea de llamar a nuevas elecciones, situación que fue prolongada usando la pandemia como excusa para poder saquear las arcas del estado; además de abusar y masacrar al pueblo boliviano.

Dichas “medidas” con intenciones egoístas y con la finalidad de defender intereses propios de grupos pequeños y elitistas a costa del bienestar económico del país, generaron una crisis económica de grandes dimensionalidades, transformándose en la mayor preocupación de las familias bolivianas, no obstante, dichos efectos adversos fueron encarados por el actual gobierno del Presidente Luis Arce con esfuerzo y compromiso.

Asimismo, es importante señalar que durante la implementación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) –el cual recoge todas las potencialidades económicas del país para generar equidad económica y bienestar social– dio resultados loables reconocidos internacionalmente entre 2006 y octubre de 2019, sitiando a Bolivia por muchos años en el primer puesto de crecimiento económico de la región, con tasas de crecimiento sostenidas y políticas productivas y sociales.

Entre los resultados alcanzados tras la implementación del MESCP, se pudo evidenciar mejoras trascendentales en los indicadores heredados por el modelo neoliberal de los 90’s hasta 2005, como la disminución de la pobreza y pobreza extrema, la cual redujo de 60% a 37% y 38% a 13% respectivamente, entre 2005 y octubre de 2019; dicho logro fue elogiado por el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) el cual es un organismo venerado por muchos analistas de derecha y que por supuesto llama la atención el silencio que guardan ante dichas declaraciones públicas.

Por otro lado, se desarrollaron medidas de fortalecimiento de la moneda boliviana, la cual adquirió la confianza del público que había perdido por los eufemismos económicos que dictaba el anterior modelo neoliberal, dicha medida de fortalecimiento se conocemos hoy como la Bolivianización, y a la fecha los créditos bancarios se encuentran en un 99% en moneda nacional y el ahorro en un 85%, reflejando no solo la confianza del público en nuestra moneda, sino otorgando estabilidad financiera a la banca.

Hablando de estabilidad financiera, se fueron implementando medidas de protección al consumidor financiero y desarrollando líneas de crédito a sectores privilegiados los cuales beneficiaron a todo el pueblo boliviano; disminuyendo el déficit habitacional con los créditos de vivienda de interés social e incentivando y apoyando la producción boliviana con los créditos productivos. En esa línea, se dio fuerza a la inclusión financiera para universalizar los servicios financieros para el pueblo boliviano.

Se implementaron medidas que mantuvieron una tasa de inflación estable a diferencia de las exorbitantes tasas obtenidas durante los años donde el modelo neoliberal se encontraba vigente. Estos son algunos de los muchos logros obtenidos por el MESCP, el cual es un modelo de los bolivianos para los bolivianos, sin embargo, dichos logros fueron arrebatados y presentaron un retroceso sustancial desde noviembre de 2019 cuando se gestó el golpe de estado donde se quebrantó el orden constitucional del país y se autoproclamaron autoridades que desmantelaron el estado boliviano.

Es así, que en 2020 Bolivia registró un decrecimiento económico de 8,83%, es decir, un retroceso en la producción boliviana que no se había visto desde 1953, asimismo, el déficit fiscal alcanzó el 12,2% del PIB reflejando la irresponsabilidad de la administración en las finanzas públicas al ser un déficit ocasionado por las decisiones discrecionales y arbitrarias del anterior gobierno, donde se incrementó el gasto corriente con dudoso destino y sin rendir cuentas ante la población, por otro lado, a octubre de 2020 la recaudación tributaria disminuyó en 27%.

Por si no fuera poco, de igual manera a octubre de 2020 se presentó una contracción de 66% en la ejecución de la inversión pública –motor principal de crecimiento económico en el país–. Las exportaciones disminuyeron en USD 1.951 millones, la deuda pública externa subió de 27% del PIB en 2019 a 30% del PIB para octubre de 2020, en cuanto la deuda pública interna incrementó en 59% entre 2019 y octubre de 2020, el desempleo alcanzó al mes de julio de 2020 una tasa de 11,6% y la pobreza incrementó en 1,7 puntos porcentuales entre 2019 y octubre de 2020 cuando cada año se presentaban disminuciones antes del golpe de estado.

Como si no fuera poco destruir la economía de los hogares y generar crisis en las empresas públicas y privadas el anterior gobierno ilegítimo instauró una cuarentena rígida, militarizada y poco planeada con la excusa de prevenir la pandemia cuando en realidad se dedicaron a robarle al estado y las familias bolivianas en plena crisis sanitaria, un claro ejemplo de ello fue la compra de respiradores con sobreprecio, acciones corruptas que costaron varias vidas que necesitaban medidas reales e inmediatas para enfrentar al COVID-19.

No obstante, gracias a la lucha del pueblo boliviano quienes le devolvieron la democracia y la dignidad al país se llevaron a cabo las elecciones nacionales dando como ganador a Luis Alberto Arce Catacora como Presidente legítimo y constitucional de Bolivia, quien desde su primer día de mandato fue implementando medidas para reconstruir y reactivar la economía boliviana.

Por el lado de la demanda interna se pagó el bono contra el hambre, el cual inyectó a la economía de los hogares bolivianos más de Bs4.000 millones, se impulsó las medidas redistributivas de ingresos con el Reintegro-IVA (RE-IVA) el cual generó ingresos fiscales por Bs10,5 millones a junio de 2021 con un número de beneficiados de 34.565 personas, asimismo, se implementó una equidad tributaria con el Impuesto a las Grandes Fortunas el cual recaudó al mes de junio Bs240 millones.

En el marco del Presupuesto General del Estado (PGE) se reactivó el principal motor de crecimiento económico como es la inversión pública con un monto de USD 4.011 millones (125% por encima de 2020), del cual USD 1.399 millones será destinado a proyectos productivos y USD 1.452 millones a salud, por el lado de la oferta, se constituyó el fideicomiso “Sí Bolivia” para la otorgación de créditos a proyectos productivos con destino de sustitución de importaciones, del cual al mes de julio de 2021 se colocaron Bs239 millones en créditos, con 2.150 productores beneficiados, como medida complementaria se creó un fondo de garantía para dichos créditos (FOGADIN) que cubrirán hasta el 50% de dichas operaciones.

Estas entre varias medidas adicionales ya generaron resultados que las familias bolivianas pueden apreciar en sus niveles de ingreso y expectativas de la economía boliviana, es así que a abril de 2021 el IGAE creció en 5,2%, cuando a abril de 2020 existía un decrecimiento de más del 7%. Asimismo, entre enero y mayo de 2021 la recaudación tributaria creció en 50% con respecto a similar período de 2020.

Por otra parte, las exportaciones al primer semestre crecieron en 54,3%, dejando un saldo comercial histórico de USD 832 millones, cuando el año pasado teníamos un déficit en saldo comercial. El desempleo a junio de 2021 se encuentra en 7,7%, una tasa muy por debajo al promedio registrado durante 2020.

En materia de salud, el actual gobierno tuvo un rol participativo en la compra de vacunas, medicamentos y pruebas para la detección temprana del COVID-19. Gracias a dichas acciones, Bolivia se encuentra entre los primeros países en lanzar medidas de vacunación masiva en la región, además de reducir significativamente el índice de mortalidad por coronavirus.

En conclusión, son nueve meses de mandato del actual gobierno legítimamente electo, donde se vieron avances de reconstrucción y reactivación en materia económica, social, política, sanitaria, educativa y cultural. Son resultados de una correcta administración pública que los hogares pueden apreciar y que sin duda pese a los engaños que puedan aseverar analistas de derecha, el pueblo boliviano defiende la verdadera realidad económica y política en la que se encuentra nuestro querido país.

Atrás