La tajada mayor es para las transnacionales y el gobierno central
Incahuasi: la pelea de los “hermanos pobres”
La distribución del valor de los hidrocarburos, dispuesta por la supuesta nacionalización de 2006, no favorece a los gobiernos subnacionales, sino, en primer lugar, a las empresas transnacionales. El gobierno central absorbe tanto como los 9 departamentos, confirmando la vigencia de una lógica centralista en las políticas públicas que financia las políticas del gobierno del MAS, orientadas más a la obtención de apoyo político que garantice su continuidad indefinida en el poder, que al desarrollo del país. (Imagen: chuquisaqueños en las calles/Correo del Sur)
CEDLA /Carlos Arze
Las luchas regionales por los beneficios de la explotación de los recursos hidrocarburíferos, en un contexto dominado por el interés de las transnacionales, resulta ser una pelea entre “hermanos pobres” por el pedazo menor del banquete, en la medida en que continúan relegados por el gobierno y sus “socias”, las empresas transnacionales.
La conclusión corresponde al especialista del CEDLA, Carlos Arze Vargas, en medio de una población chuquisaqueña unida hoy en Cabildo tras 15 de días de protestas por la defensa del campo Incahuasi y sus ingresos, y el conjunto cruceño, a la espera del descongelamiento del pago de regalías suspendido por el conflicto, en tanto la estatal YPFB se apresta a leer el informe de la estatal petrolera que confirma que el reservorio está en un 100% en territorio cruceño
Por todo lo anterior, corresponde, concluye también el experto del CEDLA, reivindicar una verdadera nacionalización de los hidrocarburos, lo que no puede entenderse sino como el control físico y efectivo de los medios de producción del sector hidrocarburífero por parte de la empresa estatal YPFB, que debería ejercer la dirección y el monopolio de la cadena sectorial, garantizando la distribución equitativa de los excedentes entre toda la población del país a través de políticas económicas que incentiven la diversificación productiva y de políticas sociales dirigidas a mejorar de la calidad de todos los bolivianos, especialmente de los pobres
TENDENCIAS
Con base en la información disponible Arze Vargas advierte que la distribución del valor de los hidrocarburos, dispuesto por la supuesta nacionalización de 2006, no favorece a los gobiernos subnacionales, sino, en primer lugar, a las empresas transnacionales.
Estas no sólo que obtienen una suma importante por concepto de ganancias, sino que tienen un amplio margen de maniobra para decidir el valor de los Costos Recuperables, debido a la falta de fiscalización del gobierno que no ha cumplido con los mandatos de las leyes sectoriales
Un efecto reconocido de ello es que, en los últimos años, se ha producido una elevación constante de los costos, contradictoria con la caída persistente de la producción.
Igualmente, el especialista del CEDLA recuerda que el gobierno central absorbe un porcentaje similar al del conjunto de los nueve departamentos, confirmando la vigencia de una lógica centralista en las políticas públicas, explicable —aunque no justificable— por la necesidad de financiar las políticas del gobierno del MAS, orientadas más que al desarrollo, a la obtención de apoyo político que garantice su continuidad indefinida en el poder.
Como la lógica en la distribución de los ingresos por la explotación de los hidrocarburos es la misma para el conjunto de los campos, se puede decir que, en el caso de Incahuasi, los mayores beneficiarios no serán los departamentos que hoy disputan su posesión.
El único aspecto particular sería que YPFB obtendría un 10% de las utilidades netas, como socio minoritario del Consorcio Aquío Incahuasi, conformado de la siguiente manera: Total E&P Bolivie con el 50% de las acciones, Tecpetrol de Bolivia S.A. con 20%, GP Exploración y Producción S.L (Gazprom) con 20% y YPFB Chaco con el 10%.
En resumen, los datos fríos develan que las luchas regionales por los beneficios de la explotación de los recursos hidrocarburíferos, en un contexto dominado por el interés de las transnacionales, resulta ser una pelea entre “hermanos pobres” por el pedazo menor del banquete, en la medida en que continúan relegados por el gobierno y sus “socias”, las empresas transnacionales.
Por todo lo anterior, corresponde reivindicar una verdadera nacionalización de los hidrocarburos, lo que no puede entenderse sino como el control físico y efectivo de los medios de producción del sector hidrocarburífero por parte de la empresa estatal YPFB, que debería ejercer la dirección y el monopolio de la cadena sectorial, garantizando la distribución equitativa de los excedentes entre toda la población del país a través de políticas económicas que incentiven la diversificación productiva y de políticas sociales dirigidas a mejorar de la calidad de todos los bolivianos, especialmente de los pobres
http://plataformaenergetica.org/sites/default/files/boletin_perspectiva_energetica_19.pdf
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